España, entre los países desarrollados con mayor potencial de racionalización de su gasto público
Racionalizar el gasto público en bienes y servicios ahorraría 1,2 billones en todo el mundo, según Oliver Wyman
España se encuentra entre los países desarrollados con mayor potencial de racionalización de su gasto público (nivel medio-alto), junto con otros como Francia, Italia y Estados Unidos, según las conclusiones del informe Contrataciones públicas: 12 maneras en la que los gobiernos pueden generar más valor , elaborado por Oliver Wyman.
Oliver Wyman ha elaborado el Índice de rendimiento de las adquisiciones públicas, (PPPI, Public Procurement Performance Index), una métrica diseñada para evaluar el potencial de mejora en más de 75 países con el objetivo de ayudar a los gobiernos a formular un plan para mejorar la eficiencia de su gasto en adquisiciones públicas.
Ese índice –calculado utilizando diferentes indicadores oficiales del gobierno extraídos de fuentes como el FMI, el Banco Mundial y la OCDE– muestra que las economías altamente endeudadas con desequilibrios fiscales crecientes y sistemas de contratación pública ineficientes o inmaduros tienen un margen considerable de mejora. En este marco es donde se cita el caso de España.
El estudio, que alerta de que el gasto público no solo crece cada año en casi todos los países analizados, sino que también está superando los niveles de PIB de los países, concluye que la racionalización del gasto público en bienes y servicios podría generar ahorros de 1,2 billones de euros en todo el mundo.
Según se recoge en el informe, el gasto público supone alrededor de 24 billones de euros a nivel mundial, de los que el correspondiente a la adquisición de bienes y servicios suma hasta 7,4 billones.
Los contratos públicos (incluidos los bienes y servicios y algunos beneficios sociales) representan aproximadamente un tercio del gasto del gobierno, aunque la cifra varía ligeramente de un país a otro. En este sentido, Oliver Wyman advierte de que los niveles de gasto en muchos países se volverán insostenibles a medida que los grandes déficits presupuestarios, los elevados costes de la deuda, el envejecimiento de la población y la dependencia de los precios de los productos básicos que son volátiles y difíciles de predecir se incrementen.
El estudio internacional recoge que en los mercados más avanzados o maduros, donde los costes ya están fuertemente optimizados, «la eficiencia en las contrataciones es, quizá, la única palanca tangible que queda para ofrecer rendimientos demostrables»; mientras que para los países en vías de desarrollo, así como en el caso de algunas economías basadas en productos básicos, la eficiencia de los contratos públicos no solo apoyará sus planes de crecimiento y transformación, sino que también se adaptará mejor a las variaciones en los ingresos y los precios de los productos básicos.
Así, el mayor potencial para mejorar la contratación pública se encuentra entre los mercados emergentes, donde los gobiernos aún tienen que llevar a cabo muchas de las reformas necesarias o realizar revisiones exhaustivas de los gastos.
Oliver Wyman considera que para marcar la diferencia, los programas de contratos públicos deben adoptar un compromiso a largo plazo de implementación, que abarca de tres a seis años. MEJORAR LA CONTRATACIÓN PÚBLICA
El estudio concluye que mejorar la contratación pública es «la única palanca abierta para contener el gasto público en espiral». Sin embargo, cree que reducir los costes de contrataciones requerirá «un replanteamiento radical» de la política de los contratos, evitando la tentación de emprender soluciones rápidas a corto plazo.
Así, señala que entre las claves para ello está una estrategia y enfoque claros, una gestión de procesos eficiente y la habilidad para asegurar la mejora continua.
Por último, recomienda a los gobiernos que eviten la tentación de abandonar las iniciativas implementadas en tiempos económicos difíciles tan pronto como las perspectivas mejoren. «Para que las iniciativas de reducción de costes sean sostenibles y óptimas, los gobiernos deben establecer programas integrales a largo plazo, complementados con un apoyo claro y firme de los líderes nacionales», concluye el informe.