Instituto Coordenadas no ve futuro en el aceite de oliva si sólo compite por el precio, siempre a la baja
Critica que más de la mitad de la producción sea aceite lampante y el desconocimiento y falta de sensibilidad del consumidor
El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada no cree que el aceite de oliva tenga ningún tipo de futuro en caso de seguir manteniendo una estructura comercial que, lamenta, está orientada exclusivamente a competir por el precio, siempre a la baja.
Esta es una de las conclusiones que se desprende del informe elaborado por este grupo de estudio sobre la viabilidad de un sector que produce más de 1,2 millones de toneladas anuales y concentra un valor económico por encima de los 4.000 millones de euros.
Según este organismo, «el aceite de oliva está sometido a un proceso acelerado de banalización, de desprecio de su valor real, que pone en peligro el futuro de todo el sistema agrario e industrial vinculado a este producto».
Una «tendencia» que el Instituto Coordenadas considera «suicida» y de la que responsabiliza tanto al sistema de comercialización de este producto como a los propios productores y consumidores de aceite de oliva, y ante la que pide involucrar a todos los sectores afectados para exigir su protección y generar valor añadido.
SE VENDE «COMO SI FUESE ALGO QUE SE PUEDE CASI REGALAR»
En primer lugar, este organismo critica que el aceite de oliva «se ha convertido en un producto reclamo, un producto gancho para atraer compradores a las grandes superficies comerciales», algo que «elimina cualquier valor añadido que pueda tener».
Así, carga contra la abundancia de ofertas tipo pague dos, llévese tres o segunda unidad a mitad de precio para este producto –«como si fuese algo que se puede casi regalar sin excesiva pérdida para el comercio», argumenta– y el protagonismo del aceite en las marcas blancas, dado que el 62% que se vende en España tiene marca del distribuidor.
Además, el instituto denuncia que el precio de venta supera en apenas unos céntimos el de origen, lo que, unido a la ausencia de marca, su venta como producto de oferta y su venta masiva, conforma «una tormenta perfecta» que, critica, «compromete todo el futuro del negocio del aceite de oliva en España».
IMPOSIBLE CREAR VALOR CON ACEITE DE BAJA CALIDAD
Respecto al sector productor, el Instituto Coordenadas lamenta que no exista «una sensibilización por producir aceite de alta expresión y máxima calidad» pues asegura que más de la mitad de la producción es aceite lampante, «un aceite que no se puede consumir tal y como sale de la almazara».
«Es un producto rancio, que hay que refinar para convertirlo en un producto oleaginoso, inodoro, incoloro e insípido y al que hay que añadir una cantidad de aceite virgen extra para que tenga sabor, color y olor a aceite y se pueda vender como aceite de oliva», explica esta entidad.
En este sentido, subraya que «sólo las variedades de aceite de oliva virgen extra y oliva virgen pueden aspirar a protagonizar una valorización del producto», ya que cree «imposible avanzar en la creación de valor» para el aceite de oliva «con un aceite de baja calidad inundando el mercado.
«SE COMPRA SI NO SUBE EL PRECIO. SI NO, GIRASOL»
Por último, el Instituto Coordenadas pone el foco en el papel jugado por el consumidor, lamentando que «ni el 10% de los consumidores es capaz de indicar las diferencias entre un aceite de oliva, un oliva virgen extra y un oliva virgen».
«Todo se considera aceite de oliva y lo que importa es el precio a la hora de comprar», asevera, señalando que, al no percibirse como producto de calidad, «se compra si no sube demasiado su precio». «Si lo hace, se compra girasol», apunta.