Un estudio demuestra que los cambios en el comportamientos apenas ayudan a prevenir la obesidad infantil
Los resultados del ensayo Growing Right Onto Wellness (CRECIDO) llevado a cabo por el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt han puesto de manifiesto que los cambios en el comportamiento de los más pequeño no les ayuda a prevenir la obesidad.
Los resultados, que fueron insuficientes para prevenir la obesidad en la primera infancia a largo plazo, a un plazo más reducido pudieron mostrar una reducción a corto plazo en la obesidad que disminuyó durante el período de estudio de tres años, incluso ante una nutrición mejorada y sostenida y el uso de centros de recreación de los alrededores.
«Las intervenciones, incluso para la prevención, probablemente deban ser intensas y activas durante periodos de tiempo más largos. Probamos una intervención escalonada consistente con los ensayos de tratamiento de la obesidad en adultos, pero la prevención de la obesidad infantil para las familias desatendidas podría requerir intervenciones sostenidas altamente activas», ha declarado la investigadora principal Shari Barkin, quien además es directora de Investigación de Obesidad Pediátrica en el Hospital de Niños Monroe Carell Jr. en Vanderbilt.
En concreto, en un total de 610 parejas de niños en edad preescolar, el 90 por ciento de los cuales eran hispanos, recibieron una intervención conductual de alta dosis durante el período de estudio de tres años. Los niños estaban en riesgo de obesidad, pero aún no eran obesos.
Así, un cuarenta y dos por ciento de las familias han demostrado inseguridad alimentaria con hambre, y 80 por ciento de los padres participantes tenían sobrepeso o eran obesos, según han informado.
«La intervención pareció funcionar mejor para los niños que reportaron inseguridad alimentaria con hambre al inicio. Creemos que esto podría deberse al hecho de que la intervención conectó a las familias con los recursos existentes en su comunidad y con otras familias en sus vecindarios, pero este hallazgo debe ser probado más a fondo», ha especificado Barkin.
La intervención de la conducta incluyó tres fases: una fase intensiva de desarrollo de habilidades de 12 semanas, una fase de mantenimiento de asesoramiento de llamadas telefónicas de nueve meses y una fase de sostenibilidad de 24 horas de seguimiento a la acción.