Más de 60 expertos internacionales publican el primer Consenso Iberoamericano sobre Edulcorantes bajos en o sin calorías
Más de 60 expertos internacionales han publicado en la revista Nutrients el primer Consenso Iberoamericano sobre Edulcorantes bajos en o sin calorías, aquellos aditivos alimentarios que se utilizan de forma segura desde hace más de un siglo por consumidores de todo el mundo para mantener el sabor dulce de los alimentos, pero sin añadir la energía de los azúcares.
«El principal objetivo es proporcionar información útil y basada en la evidencia científica para contribuir a la reducción del consumo de azúcares añadidos a partir de alimentos y bebidas, en línea con las recomendaciones propuestas por las autoridades internacionales de salud pública», ha dicho el presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional (FIN), Lluís Serra-Majem.
Entre las conclusiones de este consenso, la presidenta de la Asociación Argentina de Tecnólogos de la Alimentación, Susana Socolovsky, ha informado de que los expertos han destacado la seguridad de los edulcorantes bajos en o sin calorías, que ha sido «minuciosamente revisada y aprobada», que conlleva la autorización de los mismos por organismos reguladores de salud de todo el mundo.
«Recientes revisiones sistemáticas y metaanálisis han evaluado y confirmado los beneficios de este tipo de edulcorantes en pacientes con diabetes por su contribución a la mejora del control glucémico, cuando se utilizan para sustituir azúcares», ha comentado el coordinador del grupo en investigación en Nutrición y Metabolismo de la Universidad Marista de Mérida (Yucatán), Hugo Laviada.
Asimismo, el consenso recoge las conclusiones de una reunión de expertos celebrada en Lisboa en 2017, organizada por la Fundación Española de Investigación Nutricional, en colaboración con la Universidad Lusófona de Lisboa y apoyada por 43 sociedades y fundaciones de alimentación, nutrición y dietética, sociedades médicas, universidades y centros de investigación europeos e iberoamericanos.
«Este documento de consenso responde al esfuerzo de la Fundación Investigación Nutricional por revisar y diseminar la evidencia científica actual acerca de la seguridad y beneficios de los edulcorantes bajos en o sin calorías utilizados como sustitutos del azúcar y de otros edulcorantes calóricos», ha apostillado el profesor Serra-Majem.
La seguridad de los edulcorantes es un aspecto que ha sido evaluado de forma periódica por numerosos comités científicos y organismos reguladores internacionales, como el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA, por sus siglas en inglés) y la Comisión del CODEX Alimentarius (CAC) que han dado informes favorables para su uso.
«Los edulcorantes bajos en o sin calorías son aditivos seguros en la alimentación de la población general», ha asegurado el catedrático del departamento de Farmacología y Toxicología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, Arturo Anadón.
Actualmente, los edulcorantes bajos o sin calorías que están autorizados para su uso en alimentos y bebidas en la UE son: acesulfamo K, advantame, aspartamo, ciclamatos, neohesperidina DC, neotamo, sacarinas, sal de aspartamo y acesulfamo, glucósidos de esteviol, sucralosa y taumatina.
COMPOSICIÓN DE LOS ALIMENTOS CON EDULCORANTES BAJOS EN O SIN CALORÍAS
Estos productos proporcionan se pueden incorporar a multitud de productos del sector de la alimentación y las bebidas, incluidos los postres helados, batidos, bebidas vegetales, néctares y bebidas a base de zumo, yogures, refrescos, galletas, chicles y golosinas.
El etiquetado de los alimentos relacionado con los aditivos alimentarios debe cumplir los requisitos establecidos en cada una de las zonas de mercado donde se comercializan los productos alimenticios, apareciendo los edulcorantes en el listado de ingredientes y el término edulcorante también en la denominación del producto alimenticio.
Además, cuando un alimento o bebida contiene aspartamo o sales de aspartamo-acesulfamo, la etiqueta del producto debe llevar, de forma obligatoria, la frase contiene una fuente de fenilalanina , mención especialmente relevante para aquellas personas que sufren fenilcetonuria.
«El objetivo es que el consumidor esté siempre debidamente informado y pueda reconocer la presencia de estos ingredientes en los alimentos a su alcance. Es necesario que el consumidor esté capacitado para leer y comprender las etiquetas de los alimentos, por lo que deben fomentarse campañas destinadas a fortalecer la educación del consumidor», ha apostillado Socolovsky.
Asimismo, el documento recoge que el uso de edulcorantes bajos en o sin calorías en programas de control de peso, utilizados como sustitutos de sacarosa o azúcares simples, puede favorecer la reducción de ingesta global de energía y la pérdida de peso. En el caso de personas con diabetes, el uso de estos edulcorantes en sus programas de control, pueden contribuir a mejorar su manejo de la glucemia.
«El consumo de alimentos y bebidas con edulcorantes bajos en o sin calorías puede ser una opción para reemplazar el consumo de azúcares añadidos y energía por lo que puede resultar interesante para los pacientes con diabetes», ha enfatizado el vicepresidente del Colegio de Nutricionistas de Chile, Samuel Durán.
Además, el documento también indica que los edulcorantes bajos en o sin calorías pueden aportar beneficios a la salud dental, ya que se ha mostrado que los productos que los incorporan pueden reducir el riesgo de caries dental.
El trabajo recomienda que el consumo de azúcar añadido aporte como máximo el 10 por ciento de la ingesta energética, por lo que el uso de edulcorantes bajos en o sin calorías en la reformulación de productos alimentarios podría ser una estrategia útil y sostenible para alcanzar este objetivo.
A este respecto, el doctor del Hospital Pediátrico del Hospital Universitario de Coimbra en Portugal, Sérgio Cunha Velho de Sousa, ha comentado que los azúcares presentes en los alimentos tienen otras funciones más allá del aporte de sabor dulce, por lo tanto, no siempre es posible eliminarlos o reemplazarlos totalmente sin afectar a su calidad y estabilidad.
De hecho, prosigue, se requiere un diálogo con los fabricantes de alimentos y bebidas para debatir acerca de la reformulación de los productos para reducir el consumo de azúcares añadidos y/o reemplazar el contenido total o parcial de azúcar por edulcorantes bajos en o sin calorías.
Finalmente, el trabajo ha puesto de manifiesto la necesidad de facilitar al consumidor un acceso a información rigurosa y de calidad, transparente y fácil de entender por el público general.
«Se necesita una formación continuada de los profesionales de la salud, ya que son una fuente de información de referencia tanto para la población en general como para los pacientes. También puede ser apropiado difundir información a través de boletines informativos, reuniones científicas, congresos y otros canales establecidos por sociedades científicas y profesionales en diferentes campos relacionados con la salud», ha dicho el director de Nefrología del Instituto Mexicano de Trasplantes en Cuernavaca, Tommaso Bochicchio.
Los consumidores tienen acceso a muchas fuentes de información, no todas fiables, sobre alimentación, nutrición y salud, lo que hace que, a menudo, se generan conceptos erróneos y una confusión innecesaria en la población. «Es necesario contar con medios efectivos para comunicar la evidencia científica sobre edulcorantes bajos en y sin calorías a la población, con el fin de aumentar el conocimiento y ayudarlos a tomar unas decisiones informadas que se adapten mejor a sus necesidades», el doctor del Centro de Innovación Nutricional para la Alimentación y la Salud (NICHE) de la Universidad de Ulster, en Irlanda del Norte, Caomhan Logue.