Exteriores regulará el acceso a puestos de embajador, impulsará la presencia de mujeres y fomentará la formación
La nueva subsecretaria se propone «eliminar barreras invisibles y flexibilizar horarios, lo que no implica menor compromiso o liderazgo»
El nuevo equipo al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación impulsará la negociación de un nuevo reglamento de la carrera diplomática para regular los procesos de selección de embajadores, aplicar una cultura de formación permanente y de evaluación del desempeño e introducir «verdaderos cambios» para fomentar la presencia de mujeres en la carrera y especialmente en los puestos de responsabilidad.
Así lo han avanzado el propio ministro, Josep Borrell, y la nueva subsecretaria, Ángeles Moreno, durante la toma de posesión de ésta. La carrera diplomática contaba con un reglamento aprobado en tiempos de José Manuel García Margallo, pero el año pasado fue anulado por el Tribunal Supremo porque no había sido negociado con los sindicatos.
El nuevo proceso de negociación, ha dicho Moreno, brinda la oportunidad de impulsar la presencia de mujeres, lo que requerirá «eliminar barreras invisibles en la cultura organizativa y flexibilizar horarios, lo que no implica menor compromiso o liderazgo ni menor carga de responsabilidad o rendimiento». Moreno ha elogiado la reciente puesta en marcha de una plataforma de mujeres diplomáticas.
«Hemos de conciliar, pero todos, hombres y mujeres», ha dicho, recalcando que el nuevo equipo hará un esfuerzo para adecuar el peso de la mujer en la carrera diplomática, actualmente el 26 por ciento –y mucho menos en los puestos de dirección– al 50,94 por ciento que representa en la sociedad. En el conjunto del personal del Ministerio, 5.535 trabajadores, las mujeres suponen un 50,05 por ciento.
«UN PROCESO MÁS ORDENADO»
Borrell, que se encuentra en pleno proceso de renovación de altos cargos y embajadores, ha expresado su intención de dotar a la carrera «de una norma que permita canalizar los méritos y capacidades de los candidatos a jefes de misión» para que los procesos sean «más ordenados» que el que le ha «tocado vivir» en las últimas semanas.
Además, se ha propuesto evaluar el desempeño de los funcionarios, impulsar la formación permanente «en un mundo cambiante», con participación de la Escuela Diplomática, y afrontar la «desproporción considerable» en las retribuciones entre los puestos en el exterior y los ubicados en el Ministerio, porque genera «impulsos a la movilidad que no siempre son los que el servicio necesita».
De hecho, aunque ambos han avanzado su empeño de conseguir más recursos para tener una plantilla mejor dotada, el ministro ha apuntado que hay problemas estructurales en la gestión de personal del Ministerio, que necesita «una puesta al día». Por otro lado, ha dicho ser «bien consciente» de que el personal en el exterior, en particular en los servicios consulares, trabaja en condiciones «no precisamente óptimas».
Entre sus prioridades, Moreno ha subrayado la atención a los españoles en el exterior, 2,7 millones consecuencia, en parte, de la reciente crisis económica. Para atenderlos, ha insistido en la necesaria reforma del voto rogado y, además, ha apostado por el «redespliegue en permanente revisión» de embajadas y consulados.
OBRAS EN LA SEDE DE MARQUÉS DE SALAMANCA
También se ha propuesto la atención a las empresas españolas y la lengua y la cultura españolas y ha asegurado a los trabajadores de la casa que estará muy vigilante de las obras de la sede de la plaza del Marqués de Salamanca que debían estar terminadas en 2020 pero solo se ha ejecutado un 15,6 por ciento, «muy lejos de lo comprometido». Un nuevo retraso, ha recordado, supondrá prolongar «alquileres millonarios» de las actuales sedes.
Borrell ha manifestado la gran confianza que deposita en la subsecretaria, en cuyas manos ha dejado tareas que antes dependían directamente del ministro, como la Dirección General de Comunicación e Información Diplomática.
Así, ésta ha hecho hincapié en que el Servicio Exterior debe transmitir una imagen de España tal como es, «sin distorsiones interesadas», un Estado de Derecho donde se respeta la ley y hay división de poderes.
«España es un gran país, es una gran democracia, una potencia dinámica, portadora como sus socios europeos de los valores occidentales de la ilustración y los españoles constituyen una sociedad moderna, progresista, tolerante, solidaria, europeísta y exigente», ha señalado.