Bonet cree que España tiene una «oportunidad extraordinaria» con la internacionalización de pymes
Tienen que salir al exterior con «garantías» pero también con una «marca», porque hoy en día «quien no tiene marca no existe»
El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, ha asegurado que España tiene una «oportunidad extraordinaria» de dar «otro salto» en su crecimiento con la internacionalización de las pymes y sus marcas.
«El futuro pasa por las marcas», ha enfatizado el también presidente de Freixenet, que ha reclamado a los gobiernos e instituciones no sólo apoyar la internacionalización de las grandes marcas sino la de las pymes, porque ha llegado «su momento» de salir a los mercados extranjeros.
Y es que ha estimado que en los próximos cinco o diez años podrían internacionalizarse miles de pymes lo que supondrá un «nuevo salto» en el desarrollo económico del país aunque, para que ese paso salga bien, ha llamado a la colaboración público-privada.
Así lo ha dicho este martes en Santander durante su intervención el seminario Protegiendo la innovación: ¿Propiedad industrial o intelectual? que se celebra hasta el viernes en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Bonet ha destacado que España cuenta con 500 multinacionales que son líderes mundiales en sus respectivos sectores, algo que «no tiene cualquiera» y otras casi 10.000 medianas empresas que operan en el exterior, y ahora «ha llegado el momento de las pymes» que han «cambiado su mentalidad» y quieren «salir sí o sí».
Este cambio, según el presidente de la entidad cameral, ha sido consecuencia de la crisis económica que ha atravesado el país y durante la cual desparecieron «unas 300.000 pymes», por lo que, quienes «han resistido», son conscientes de que «el futuro está en salir al exterior con sus marcas».
Pero ha señalado que esa salida a los mercados internacionales lo tiene que «dar con garantías» y, para ello, ha destacado el papel «fundamental» de las cámaras de comercio en el asesoramiento y apoyo de esa internacionalización, así como para mejorar la competitividad de las empresas.
«La internacionalización es fundamental y supone la adaptación del sistema productivo español a la globalización», ha indicado, y ha considerado que fue precisamente el «importante funcionamiento» de nuestro sector exterior una de las cosas que permitió al Gobierno de España «no tener que ir a un rescate total», durante los primeros años de Mariano Rajoy en La Moncloa.
«España no fue a un rescate total porque el Gobierno aguantó, hizo reformas, consiguió la ayuda del Banco Central Europeo, el turismo ha tirado de nuestro mercado y el sector exterior ha funcionado», ha ensalzado Bonet, que ha reivindicado el papel de las empresas en la salida de la crisis y en el crecimiento de la economía nacional.
Por este motivo, ha dicho no comprender «por qué nos salen populismos por todas partes» y, por ello, ha considerado que las entidades camerales han de explicar a los ciudadanos la importancia de las empresas.
En la misma línea, ha reivindicado el papel de los empresarios para gestión infraestructuras como la Feria de Barcelona o eventos como Alimentaria, que empezaron a funcionar cuando los empresarios se hicieron cargo de la gestión aunque haya una tutela política.
«Nosotros trabajamos en estas cosas y no cobramos un duro, lo único que queremos es que funcione y se obtengan resultados con el único objetivo de que el país prospere», ha enfatizado Bonet, que ha reivindicado que así se ha logrado el Mobile World Congress y que Alimentaria sea un «éxito», con más de 12.000 contactos comerciales en su última edición.
«QUIEN NO TIENE MARCA NO EXISTE»
En su conferencia, centrada en la visión empresarial de la innovación y la marca, Bonet ha evidenciado que la «globalización, mundialización y sobrecomunicación» del mundo actual «quien no tiene marca no existe» y, por ello, la creación y el impulso de la misma debe ser «lo más importante» para cualquier empresa, grande o pequeña.
En este punto, ha señalado que España «va retrasada» en la creación y registro de patentes y marcas en el mundo y ha considerado que hay que trabajar en ello y, como en otros países, convertirlo en una «prioridad de estado» porque en ello radica la «diferenciación» y la «competitividad» de las empresas.
Para demostrar su afirmación, Bonet ha relatado la historia de Freixenet y de como pasó de ser entre la segunda y cuarta empresa productora de cava más importante de España a ser la primera y un referente internacional.
Los primeros pasos los dio su abuela, quien se adentró en el «mundo de la publicidad» viajando por los municipios catalanes con «un coche con forma de botella de cava» y, a partir de ahí, fue utilizando «todo tipo de instrumentos publicitarios».
Esta estrategia se vio detenida con la Guerra Civil, cuando «mataron a mi abuelo y a uno de sus hijos por ser hijo de empresario», pero se retomó con una «revolución de marca» en los años 40, cuando su tío José Ferrer Sala apostó por un producto «diferenciado», la botella Carta Nevada .
Para su comercialización, Bonet ha relatado que su tío montó «un ejército de vendedores» para que fuese por todas las tiendas vendiendo el cava y «fue un éxito». Pero no se quedó ahí, a ello sumó «la artillería», que fue la publicidad.
Para ella, generó un «símbolo», hoy en día reconocido por todos, como «la burbuja Freixenet», que lleva 47 años funcionando como la estrategia de comunicación de la compañía catalana.
En este punto, ha recordado que en 2007 se decidió cambiar la estrategia e iniciar una serie de cortos rodados por grandes directores, dándoles libertad creativa aunque en algún momento tenía que aparecer la botella y en nombre de Freixenet.
Martin Scorsese rodó el primer corto en el que hizo un «magnífico» homenaje a Hitchcock y fue «un éxito», pero Bonet ha relatado que en sus visitas a municipios catalanes «todas las señoras me pedían que volviese la burbuja» y así fue, un regreso que se hizo con el equipo nacional de natación sincronizada.
Después de unos años, Freixenet inició «la batalla en el mundo», con impulso de iniciativas como el descorche de botellas por los pilotos que ganan los grandes premios de motos y dando «autonomía» a las delegaciones comerciales que la empresa tiene en diferentes países como forma de «adaptar algo global a lo local».
Todo ello, ha ensalzado, ha convertido a Freixenet en una marca consolidada y «universal», algo que se demostró con la entrada del grupo alemán Henkell, filial vinícola del grupo Dr. Oetker, en la compañía, adquiriendo el 50,67%.