Los pediatras recomiendan 60 minutos diarios de actividad física a niños y jóvenes, preferiblemente en familia
La Asociación Española de Pediatría (AEP), con motivo de su carrera El Ejercicio es Medicina ¡Da ejemplo! , ha resaltado que para que los niños y jóvenes obtengan el máximo beneficio en términos de salud, deben hacer, como mínimo, 60 minutos de actividad física intensa al día y, preferiblemente, en familia.
De esta forma, los pediatras resaltan que es necesario prescribir la práctica de ejercicio regular, ya que «mejora la calidad de vida y previene la aparición de enfermedades no solo en niños y adolescentes sanos, sino también como parte del tratamiento en niños con enfermedades como la fibrosis quística o el cáncer».
Tal y como explica el doctor Gerardo Rodríguez, coordinador del Comité de Promoción de la Salud de la AEP y experto en actividad física, la práctica de deporte en familia «refuerza los hábitos del menor». Por eso, «los padres deben dar ejemplo, planificando actividades en familia en las que ellos mismos participen», ha señalado.
Según recuerda la AEP, citando datos de la Encuesta de Salud de España, publicada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el 12 por ciento de los niños de entre 5 y 14 años no realizan ninguna actividad física, existiendo una gran diferencia entre los varones (8 por ciento) y las mujeres (16 por ciento).
«El sedentarismo es un grave problema de salud en niños y jóvenes, equiparable al provocado por otros factores como la hipertensión, hipercolesterolemia y tabaquismo. Sin embargo, socialmente no se le otorga la misma relevancia. Si ponemos tratamiento a un niño con hipertensión, ¿por qué no prescribir ejercicio a uno sedentario?», ha planteado la doctora Gloria Bueno Lozano, presidente de la Sociedad de Pediatría de Aragón, La Rioja y Soria (SPARS) y del 66 Congreso Nacional de Pediatría que se celebra estos días en Zaragoza.
Y es que, como insisten los pediatras, «si la inactividad es causa de enfermedad, la actividad física es la cura». Por ello, piden la incorporación de ejercicio físico en la rutina diaria, que «ha demostrado mejorar la condición física del niño, su salud ósea y cardiovascular, disminuir el riesgo de obesidad, y aumentar el rendimiento escolar y el estado anímico».
Además, recuerdan que también reduce el riesgo de enfermar por cualquier causa en edades más avanzadas. «La osteoporosis es una de las patologías mas frecuentes entre los mayores que se empieza a gestar durante la edad pediátrica», ha puesto como ejemplo el doctor Rodríguez.
En contra de falsas creencias, el especialista ha afirmado que en pacientes con asma, «tal y como ha quedado demostrado», la práctica de actividad física disminuye la presencia de la enfermedad y la gravedad de las crisis. «Los niños con asma, que suponen ya más de un 10 por ciento en España, no solo puede y deben hacer actividad física, sino también practicar deporte de competición sin que eso suponga un problema», ha instado Rodríguez.
En el caso de los niños sometidos a tratamientos frente al cáncer, el doctor recomienda también el ejercicio físico regular, porque «aumenta la capacidad para llevar a cabo las tareas de la vida diaria con mayor facilidad y eficacia».
«Las últimas investigaciones indican que el ejercicio regular moderado puede mejorar la función inmune. A ello contribuyen diversos mecanismos, como el aumento del número y la funcionalidad de las células NK, el aumento del número de las células dendríticas, o los efectos anti-inflamatorios del ejercicio regular. Con el ejercicio, se consigue atenuar las consecuencias del tratamiento (sobre todo, de la quimioterapia), y mejorar el bienestar de los niños con cáncer», ha explicado este experto.
Otra población pediátrica en la que los pediatras consideran fundamental el ejercicio para su desarrollo integral es en el caso de los niños con discapacidad física o psíquica, «siempre adaptando la intervención a las circunstancias personales de cada uno». Así, recomiendan actividades acuáticas, ya que además de los beneficios de este entorno por la ingravidez o la temperatura, permite «adaptar fácilmente la actividad a las características de cada niño».
COMO MÍNIMO, 60 MINUTOS AL DÍA Y PREFERIBLEMENTE EN FAMILIA
Con el objetivo de obtener el máximo beneficio en términos de salud para los niños y jóvenes sanos, los pediatras aconsejan hacer, como mínimo, 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa, pudiendo repartirse en dos o más sesiones, en su mayor parte aeróbica e intercalando actividades vigorosas para el fortalecimiento muscular y óseo tres veces por semana.
Un aspecto que destacan es entender la práctica de ejercicio físico como «un momento de diversión y de juego». «Por ello son preferibles las actividades en grupo, divertidas y al aire libre que consigan un refuerzo positivo, haciendo posible que se incorporen como hábito divertido y saludable a las actividades cotidianas», detallan.
Por último, creen que lo mejor es hacer deporte en familia. «La familia debe reconocer que es un hábito importante para la salud, ser proactivo, dar ejemplo e incorporarlo como un hábito diario. Hay que darle la importancia que se merece, porque de ello depende la salud futura de la familia», ha concluido el doctor Rodríguez.