Una experta advierte de que cenar tarde es uno de los factores más determinantes en la aparición de reflujo esofágico
La doctora María del Mar Calvo, especialista en Aparato Digestivo de IMQ ha señalado que cenar tarde y de manera copiosa es uno de los factores que, junto con la obesidad y las comidas inadecuadas, más contribuye a la aparición de la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
Tal y como señala la doctora con motivo del Día Mundial de la Salud Digestiva, que se celebra este martes, los síntomas más habituales de la enfermedad por reflujo gastroesofágico son ardor, acidez, amargor y regurgitación ácida que llega a la boca. Estos son los síntomas típicos, pero la experta advierte de que «hay otros extraesofágicos (atípicos), como tos crónica, dolor torácico de origen no-cardiaco, molestias de garganta como ronquera u otros».
Las causas de este reflujo gástrico se deben a una relajación excesiva del esfínter esofágico inferior, a una debilidad de esta válvula o a alteraciones anatómicas, como puede ser una hernia de hiato. Entre las complicaciones que la enfermedad puede generar con el tiempo, la doctora Calvo enumera «las estenosis, consistentes en el estrechamiento del esófago debido a su inflamación crónica, la esofagitis (heridas en la pared del esófago causadas por el ácido), y, el esófago de Barrett».
Asimismo, la especialista de IMQ ha destacado, en línea con los planteamientos de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), que el reflujo gastroesofágico «puede afectar notablemente a la calidad de vida de los individuos que lo padecen e implica altos costes en consumo de recursos directos (medicación, pruebas diagnósticas, visitas médicas, cirugía, etcétera), e indirectos (absentismo laboral y pérdida de productividad)».
En Europa, ha detallado la doctora, se calcula que el coste individual por paciente desde seis meses antes del diagnóstico hasta un año posterior al mismo, alcanza los 9.000 euros.
Entre las recomendaciones que apunta la especialista en Aparato Digestivo de IMQ, se encuentran «acudir al médico si los síntomas de ardor o acidez son frecuentes, evitar las comidas copiosas; tener moderación en el consumo de grasas, chocolate, té y café; evitar el tabaco y las bebidas alcohólicas; perder peso; no acostarse ni tumbarse en las dos horas siguientes a la última comida; y, si es necesario, elevar ligeramente el cabecero de la cama al dormir, para que la saliva lave los restos de reflujo en el esófago, atenuando los síntomas».