La junta de BME aprueba distribuir el 11 de mayo un dividendo complementario de 0,78 euros por acción
La junta general de accionistas de BME, celebrada en Madrid, ha aprobado la distribución de un dividendo complementario por importe de 0,78 euros brutos por acción, que se hará efectivo el próximo 11 de mayo.
De este modo, el dividendo total con cargo a los resultados de 2017 se elevará a 1,78 euros brutos por acción quedando el pay-out de la compañía en el 96%, «uno de los más altos entre las cotizadas», según ha destacado Antonio Zoido, presidente de BME.
En su presentación ante los accionistas, Zoido detalló la actividad de la compañía en 2017, que ha tenido que hacer frente a un entorno de mercados complejos y de marcada incertidumbre por las numerosas incógnitas existentes a nivel global.
El modelo de negocio de la compañía ha mostrado su solidez y sostenibilidad, según destacó Zoido, quien puso como ejemplo la diversificación en los ingresos de la compañía, su «sólida» posición financiera y su apuesta tecnológica.
El ratio de cobertura de la base de coste con ingresos no ligados a volúmenes finalizó el ejercicio con un valor del 129%, lo que supuso una mejora de 10 puntos.
BME obtuvo en 2017 un beneficio neto de 153,3 millones de euros, cifra que refleja una caída del 4,3% pero que está en consonancia con el registro de los últimos cuatro años.
SE TRIPLICA EL VOLUMEN CAPTADO EN OPV
El ejercicio fue excelente en OPVs. Las nuevas incorporaciones a los distintos mercados y segmentos de BME (un total de 27 compañías) captaron fondos por valor de casi 4.300 millones de euros, cifra que multiplica por tres la obtenida en 2016. Para el presidente de BME, la lectura de estas cifras «confirma la confianza hacia los mercados y el interés por parte de las empresas hacia fuentes complementarias de financiación».
En el ámbito de la liquidación, lo más relevante para Iberclear fue la migración a Target2 Securities (T2S), plataforma de liquidación europea, que fue completada con éxito en septiembre. Esta operación ha permitido homologar los sistemas de post-contratación del mercado español con el resto de los principales europeos, aumentado la eficacia, optimizando los costes y mejorando la competitividad.
URETA (RENTA 4) SE INCORPORA AL CONSEJO
La junta general de accionistas también ha aprobado la reelección de Ignacio Garralda como miembro del consejo de administración, y el nombramiento de Ana Isabel Fernández, David Jiménez-Blanco, Isabel Martín y Juan Carlos Ureta como nuevos consejeros independientes.
Con estas incorporaciones, los consejeros independientes representan el 55% del consejo.
Por su parte, el consejero delegado, Javier Hernani, indicó que el resultado neto a 31 de marzo fue de 37,9 millones, un 3,6% inferior respecto al obtenido el año anterior, con ingresos, costes operativos y Ebitda que se han mantenido en niveles muy similares a los alcanzados en el trimestre anterior. «El resultado mejora, por segundo trimestre consecutivo, superando en un 5,3% y un 2,3% los del tercer y cuarto trimestre de 2017, respectivamente», explicó Hernani.
En su intervención ante los accionistas, Hernani detalló los cuatro ejes estratégicos que BME identifica como objetivos en el desarrollo de su actividad: crecimiento orgánico e inorgánico, fortalecimiento del modelo de negocio, diversificación geográfica y situar al cliente en el centro de todas sus actuaciones.
APUESTA POR EL CRECIMIENTO ORGÁNICO E INORGÁNICO
El CEO de BME resaltó que la compañía está volcada en la generación de nuevas iniciativas de crecimiento orgánico e inorgánico que la impulsen en los años venideros. «La diversificación fuera de volúmenes ha alcanzado niveles récord (129%), una labor intensa y sostenida en el tiempo que reporta a la compañía gran solidez y que ha alcanzado su mayor significado en este entorno de bajos volúmenes», indicó.
La fortaleza del modelo se ha visto acrecentada ante la superación de dos retos regulatorios estratégicos y muy exigentes: la migración a T2S y la adaptación a MiFID II, que han marcado un hito muy relevante en el devenir de la empresa.
En este contexto difícil, BME mantuvo la solidez en términos de ratios de capital y de rentabilidad para el accionista, lo que le sitúa en buenas condiciones para acometer iniciativas de crecimiento y monetizar la posible mejora del entorno de mercado.
Para finalizar su intervención, el consejero delegado de BME hizo una clara apuesta de futuro. «El horizonte estratégico está lleno de retos y no exento de amenazas. El propio cambio regulatorio es una variable ambivalente: introduce oportunidades de negocio que se apalancan sobre nuestra propia naturaleza pero también amenazas de mayor competencia en toda la cadena de valor». Desde BME debemos leer correctamente sus nuevas necesidades para centrar eficazmente nuestra oferta y nuestro desarrollo tecnológico futuro, innovando, proponiendo e invirtiendo en líneas de negocio que generen valor para los clientes y para nuestros accionistas», concluyó.