El sobretratamiento en enfermedades terminales provoca daños injustos sobre el paciente, según experto
El sobretratamiento en enfermedades terminales provoca tanto efectos secundarios como daños en el paciente, lo que es «injusto», según ha calificado el director de la Maestría Universitaria Internacional en Cuidados Paliativos, Marcos Gómez Sancho.
Así, todo paciente debería «morir sin el estrépito frenético de proporcionar una tecnología que prolongue una agonía durante unas horas», porque no quiere «que el último pasaje de la vida sea una cama medicalizada en el hospital», ha defendido.
Además, durante la Jornada Técnica Economía de los cuidados paliativos que ha celebrado la Asociación de Economía de la Salud (AES) en el Colegio de Médicos de Las Palmas de Gran Canaria, ha criticado que la «medicalización de la muerte» corre el riesgo de que caiga en la «obstinación terapéutica».
En concreto, en Valdecilla, en Santander, el 24 por ciento de los enfermos terminales murieron en el hospital, más del 80 por ciento recibiendo tratamiento activo antineoplásico, el más de un 55 en el último mes y casi el 40 en los últimos quince días, ha recordado.
En Santiago de Compostela, donde un estudio apunta que entre 1001 enfermos fallecidos entre 2010 y 2013 la mayoría sufrió «agresión terapéutica».
Casi el 70 por ciento fallecieron en un hospital de agudos, en «un sitio que no se debe», y un 14 por ciento murieron a las 72 horas del ingreso hospitalario. «Así se están muriendo los enfermos de cáncer», ha subrayado Gómez Sancho.
El economista de la salud de la Universidad de Murcia y miembro de la directiva de AES, Fernando Sánchez, ha expuesto sobre una de las principales herramientas para evaluar el coste-efectividad de los tratamientos, los AVAC, es decir, años de vida ajustados por calidad, que en España tienen «un umbral desde el hallazgo» de una investigadora canaria, vicepresidenta de AES, Laura Vallejo-Torres.
Según Sánchez, existe un debate sobre la validez de los AVAC al final de la vida, en el que algunos expertos consideran que sí es de aplicación y otros creen que es necesario mejorar los métodos o ponderar los resultados porque entienden que «el valor del tiempo de vida es distinto» en esta última fase.
Asimismo, ha explicado que hay evidencia sobre las preferencias de la sociedad en distintos países de nuestro entorno y también en España, a partir de un estudio en el que participó este experto, sobre si la sociedad considera que debería darse prioridad a los pacientes terminales a la hora de medir las ganancias en salud.
Fernando Sánchez asevera que hay una preferencia social en España por darle un tratamiento preferencial a las ganancias en salud. En su estudio, hallaron evidencia de que la sociedad prioriza una mejora en la calidad de vida de los pacientes que están próximos a la muerte frente a «pequeñas ganancias en supervivencia».
Y este resultado no se ha encontrado en otros países como Reino Unido, Suecia, Dinamarca o Países Bajos, donde hay evidencias tanto en un sentido (mejorar la calidad de vida) como en el otro (ganar tiempo de supervivencia) en enfermos que encaran el final de la vida.
También han intervenido Lidia García Pérez, del Servicio de Evaluación y Planificación del SCS Consumo de recursos de una unidad de cuidados paliativos extra hospitalarios en el sur de Gran Canaria, que ha planteado una Revisión sistemática de la evidencia sobre coste-efectividad de los diferentes modelos organizativos para la provisión de cuidados paliativos .