Báñez aboga por regular la desconexión digital e incluirlo en un acuerdo por la conciliación
Defiende que el compromiso del Gobierno con la igualdad salarial entre hombres y mujeres es «total» y está recogido en la ley
La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, quiere que el derecho a la desconexión digital del trabajador con su empresa, una vez terminada la jornada laboral, esté dentro de un posible futuro acuerdo de conciliación en España y lograr ser el segundo país de Europa, después de Francia, en reconocer este derecho.
Así lo ha puesto de manifiesto Báñez durante su intervención en la Comisión de Empleo en el Congreso. En su discurso, ha señalado que su intención es lograr un acuerdo nacional por la conciliación en el marco del diálogo social y que la desconexión es «una de las materia» de las que se ocuparán en este contexto.
«Tan importante es la flexibilidad en el trabajo, como saber cuándo un trabajador debe desconectar. Y se lo debemos como derecho a los trabajadores», ha indicado en respuesta a una pregunta que sobre esta medida le ha realizado el portavoz de PDeCAT, Carles Campuzano.
Este diputado, junto con la mayoría de los partidos de la oposición, también ha cuestionado a la ministra sobre la desigualdad salarial entre hombres y mujeres y sobre las declaraciones realizadas por el presidente del Gobierno, este miércoles en Onda Cero, en las que aseguraba que «igualar salarios» no estaba entre sus competencias. «No nos metamos en eso», pidió Rajoy.
LA DISCRIMINACIÓN SALARIAL ES «ILEGAL»
En este sentido, la ministra ha defendido que «el compromiso del Gobierno de Rajoy es total» en esta materia y ha señalado que así lo corroboran los resultados que ha presentado en su intervención en la Cámara Baja y que indican que «nunca más mujeres han estado trabajando en el país» y que la brecha salarial «está en mínimos históricos».
Del mismo modo, la ministra ha recordado que «la ley ya recoge la obligación de pagar igual salario a hombre y mujer ante igual trabajo», tanto en la Constitución como en el Estatuto de los Trabajadores, así como «en el acervo comunitario del que España forma parte». «No es posible y no se debe dar discriminación salarial de manera legal», ha apuntado.
Sin embargo, ha reconocido que, ahora, «hay que trabajar todos los días y todos porque esto sea una realidad también en la práctica». Y, en este sentido la ministra ha enumerado distintas medidas que su departamento ha ido poniendo en marcha para «aumentar la transparencia salarial», como la obligación de las empresas de ofrecer a sus trabajadores información desagregada por géneros sobre los componentes retributivos y cuantía de la retribución para puestos de trabajo de igual valor.
UNA BRECHA SALARIAL EN «MÍNIMOS»
Del mismo modo, ha señalado el requerimiento de auditorías salariales en las empresas de más de 250 trabajadores y la ampliación de la obligación de inscripción y depósito de los planes de igualdad que, hasta ahora, sólo eran obligados para las grandes empresas.
En su intervención ha asegurado que estas medidas están teniendo resultados como demuestran, según ha señalado, que la desigualdad salarial entre hombres y mujeres «haya caído a mínimos históricos, con valores de 2012» y, en cuanto a cifras, se ha reducido en cuatro puntos, con respecto a los valores anteriores a la crisis.
Sin embargo, estas declaraciones no han servido para que la ministra haya recibido críticas por parte de los portavoces de la oposición. Tanto la portavoz del PSOE, Tamara Raya, como el de Unidos Podemos, Alberto Rodríguez, ha coincidido en sus denuncias en que son las mujeres las «principales afectadas» por los contratos temporales y los bajos salarios. «Ellas sólo representan el 34,5 por ciento de los sueldos más altos», ha indicado la diputada socialista. «Las mujeres tienen que trabaja r 12 meses para cobrar lo que cobra el hombre en diez meses», ha insistido el portavoz morado.
Estas palabras no han gustado a su homóloga del PP, Carolina España, quien se ha reafirmado en los datos dados por la ministra y ha señalado que la mejora de las cifras en cuanto a empleo femenino y brecha salarial «no son casualidad». «Hay otros que venden mucho humo y no hacen nada, nosotros vendemos poco y tarde, pero hacemos mucho», ha concluido.