El precio del gasóleo sube por cuarta semana y repunta a nuevos máximos desde julio de 2015
El precio medio del litro de gasóleo ha encadenado esta semana su cuarta subida consecutiva para situarse en los 1,163 euros, un nuevo máximo en los últimos dos años y medio, según datos recogidos por Europa Press a partir del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE).
En concreto, el precio del gasóleo ha repuntado esta semana un 0,69%, con lo que en lo que va de 2018 acumula un encarecimiento del 2,28%, para escalar hasta su precio más alto desde la primera semana de julio de 2015.
Por su parte, el precio medio del litro de gasolina también ha subido esta semana un 0,48%, para tocar los 1,254 euros, su nivel más alto desde el pasado mes de abril. En lo que va de 2018, su precio se ha encarecido un 1,53%.
Este incremento en los precios de los combustibles coincide con la espiral alcista en que se encuentra el precio del crudo, impulsado en este inicio de 2018 por las tensiones políticas en Irán, que lo ha llevado esta misma semana ha romper la barrera de los 70 dólares por barril.
Así, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cotizaba este jueves a 69,29 dólares, mientras que el Texas americano se intercambia a 64 dólares.
Con los actuales precios, llenar un depósito de 55 litros de gasóleo supone para el consumidor 63,96 euros, lo que representa casi medio euro más que hace una semana.
Para el caso de la gasolina, el llenado de un depósito de 55 litros tiene un coste de 68,97 euros, lo que supone unos 30 céntimos más que en la pasada semana.
PRECIOS EN LA UE.
La gasolina es más barata en España que en la media de la UE y la zona euro, donde el precio de venta al público del litro de combustible Euro-Super 95 se sitúa en 1,379 euros y 1,418 euros, respectivamente, mientras que el litro de gasóleo cuesta 1,283 euros en la media de la UE y 1,283 euros en la eurozona.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.