Las eléctricas ven «poco diálogo personal» de la CNMC y creen que la retribución a redes «no está a la altura»
Defienden que no es el momento de cerrar Almaraz
El sector eléctrico ha lamentado que haya «poco diálogo personal» entre las eléctricas y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y ha advertido de que la propuesta de retribución para las redes de distribución eléctrica del regulador «no está a la altura» de los objetivos que se pretenden alcanzar en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Gobierno a 2030.
En su participación en el II Observatorio de la Energía organizado por El Español-Invertia, el consejero delegado de Iberdrola, Mario Ruiz-Tagle, consideró que «hay diálogo, por escrito, en las audiencias públicas» con la CNMC, aunque mostró su sorpresa ante el hecho de que «hay poco diálogo personal».
A este respecto, reflexionó que la regulación «tiene que ser discutida y compartida» y añadió que cuando los criterios de competencia se aplican a la regulación, «pues lo que hay es una distancia entre los regulados y los reguladores», poniendo, además, el ejemplo al contrario del diálogo existente en otros países.
Asimismo, puso en valor la importancia de incrementar la demanda para poder «ocupar» toda la potencia instalada. «Si es que a veces nos preocupamos mucho del coste de los peajes y no nos preocupamos mucho del coste de la infraestructura ociosa», comentó, añadiendo que la demanda «es lo que hace bajar el precio de la cuenta, bajando peaje y optimizando el uso de las redes».
De esta manera, aseguró que si se van a abordar los objetivos con la misma red que se tiene actualmente, se va a tener problemas. «Con la misma estructura de venas que tenemos en el cuerpo, usando la expresión, vamos a engordar, pues vamos a tener insuficiencia respiratoria, renal, cardíaca, de todo tipo. Entonces, tenemos que agrandar el tamaño del sector eléctrico desde el punto de vista de la demanda», puso como ejemplo.
Además, alertó de la necesidad de que Europa se cuestione si quiere competir con China y los Estados Unidos, «los grandes referentes» en el paradigma de la competitividad.
«LA DOSIS DE REGULACIÓN, VENENO PARA EL CRECIMIENTO ECONÓMICO».
Por su parte, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, recordando al alquimista Paracelso, consideró que «la dosis de regulación, que yo creo que lo hacen con toda la honradez del mundo, va a ser veneno para el crecimiento económico y de la demanda española».
Así, destacó que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en sus orientaciones de política energética, ya recordó a la CNMC que tenía que «tener en cuenta un contexto de aceleración de la transición energética».
No obstante, el directivo subrayó que en Europa la tasa de retribución financiera a la actividad de la distribución de redes eléctricas oscila entre el 7% y el 8% y que en otros sectores regulados, como el aeroportuario o las telecomunicaciones, está también en esos niveles, por lo que estimó que «no es coherente».
Además, Bogas estimó necesario también un mayor diálogo entre los agentes implicados, ya que «no puede ser que Red Eléctrica vaya por un lado, la Comisión (CNMC) por otro, el Ministerio por otro y las empresas por otro». «Esto se tiene que acabar. Tenemos que sentarnos, tener mesa de diálogo, hablar», dijo.
Respecto a las nucleares, Ruiz-Tagle aseguró que las compañías propietarias de la central de Almaraz han dejado claro que no es el momento de cierre, tras la petición formal al Gobierno y al Consejo de Seguridad Nuclear, «a pesar de la existencia de las órdenes ministeriales que establecen los ceses definitivos». «Creo que ya más claro, imposible», dijo.
A este respecto, subrayó que «no es el momento» para el cierre del parque nuclear, tal y como estaba recogido en el protocolo para su clausura que acordaron las empresas en 2019, ya que en los últimos años ha habido un cambio «radical, desde el punto de vista de la visión de la energía nuclear».
Mientras, Bogas confió en que esa respuesta a la petición de alargar la vida útil de Almaraz sea «positiva», ya que, más allá de argumentos basados en la reducción de emisiones de CO2, económicos o la reducción del precio de la energía en el mercado mayorista, «hay argumentos técnicos también».
Asimismo, consideró que la planificación de cerrar el primer grupo de la central extremeña en 2027 y el otro en 2028 «no tiene ningún sentido». O los dos los paramos en el 2027 o los dos los paramos en el 2028″, recalcó, añadiendo además la importancia de contar con una energía síncrona «fundamental en el suroeste de España».



