Los niños con discalculia tienen más riesgo de depresión, ansiedad y fracaso escolar
El profesor colaborador de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Josep Maria Serra-Grabulosa ha advertido que los niños con dificultades para aprender matemáticas, una condición conocida como discalculia, tienen más riesgo de padecer trastornos psiquiátricos por ansiedad y depresión, así como de fracaso escolar.
Este trastorno del aprendizaje, que supone que el niño tenga un nivel de matemáticas, como mínimo, dos cursos académicos por debajo del que le corresponde por edad y nivel de escolarización, podría afectar a entre el tres y el cinco por ciento de la población, aunque muchos lo desconocen.
Sus causas no están claras y, aunque se teoriza sobre un origen multifactorial, presenta marcadores biológicos muy claros. Según ha detallado Serra-Grabulosa, muestra alteraciones estructurales en el volumen de sustancia gris en diferentes áreas cerebrales y en la integridad de la sustancia blanca que interconecta diferentes regiones.
En cuanto a la actividad cerebral funcional, se detectan alteraciones en diferentes redes neurales, como la default mode network (DMN), una red cerebral que se activa sobre todo en reposo, cuando el sujeto no está concentrado en ninguna tarea concreta, y se desactiva cuando se está ejecutando una tarea externa.
«La discalculia es una condición de por vida. Se puede mejorar, sobre todo en el aspecto académico, a través de programas específicos de intervención, pero forma parte de la cognición de una persona», ha añadido.
Para su detección, el experto en discalculia y dislexia ha precisado que profesores y padres deben estar atentos a las dificultades del niño al hacer comparaciones mayor-menor o más-menos, posicionar números en una recta numérica, identificar cifras, resolver problemas o llevar a cabo cálculos estimados y exactos.
CÓMO AYUDAR A NIÑOS CON DISCALCULIA
Por otra parte, el profesor ha hecho hincapié en el impacto que tiene la discalculia en la calidad de vida de la persona, pues trasciende la etapa escolar. «En términos sociales y laborales, hay estudios que indican que el nivel de matemáticas en primero y segundo de educación primaria se correlaciona con el estatus socioeconómico en la adultez», ha indicado.
En este punto, ha destacado la incomprensión que también suelen sufrir las personas con esta condición, incluso por parte de su entorno cercano, ya que la creencia habitual puede ser que no se esfuerzan lo suficiente o que no prestan atención.
Asimismo, ha advertido que las personas afectadas tienen más riesgo de padecer dificultades lectoras o dislexia y dificultades atencionales o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Cuando coexisten las tres, las dificultades académicas son «mucho más elevadas», ha aseverado.
Por todo ello, el experto ha invitado a hacer un perfil cognitivo exhaustivo de los niños que presenten dificultades para aprender matemáticas con el fin de identificar si puede tratarse de discalculia y, en tal caso, elaborar un itinerario formativo específico que les ayude de forma especializada.