Acusado de violación afirma que las relaciones con la víctima fueron «consentidas» y ella que la «obligó»


Reconoce que se saltó la orden de alejamiento sobre esta «amiga con derecho a roce»: «Acudí por tonto, que hice caso y fui»

El acusado por violación juzgado este lunes en la Audiencia Provincial ha reconocido que se saltó la orden de alejamiento que tenía sobre su víctima, acudió a su domicilio y mantuvo relaciones, no completas, con ella, pero ha asegurado que fueron «consentidas». Mientras, ella ha insistido en que él «la obligó».

En lo que sí han coincidido acusado y víctima ha sido en negar que hayan sido alguna vez pareja o tenido una relación sentimental y han explicado que eran «amigos con derecho a roce» y habían tenido sexo en alguna ocasión «puntual».

Aproximadamente seis meses antes de producirse los hechos enjuiciados este lunes –que tuvieron lugar en el primer fin de semana de diciembre de 2023– se impuso al acusado un medida cautelar que le prohibía acercarse o comunicar con esta mujer, que había manifestado sentirse «acosada» por éste.

El día de autors, el procesado se saltó la medida y acudió ya de noche al domicilio de la víctima, que estaba en un casa aislada.

En este punto, las versiones han comenzado a diferir. La víctima ha explicado que el acusado llegó sin avisar y aprovechó que ella había salido de la casa para colgar fuera la bolsa para que le dejaran el pan al día siguiente, para aparecer y poner el pie en la puerta y evitar que la cerrara.

Por su parte, el hombre ha asegurado que un par de días antes ella le había llamado y le había pedido unas piezas para el coche y él le había adelantado que se pasaría por su casa para hablar de ello, aunque «no habían quedado a ninguna hora precisa», con lo que fue sobre las «once u once y media» de la noche.

El acusado ha reconocido que sabía que tenía una orden de alejamiento y que no debía ir, pero lo hizo. «Acudí por tonto, le hice caso y fui», ha afirmado.

El hombre ha negado que pusiera el pie en la puerta de la casa para intentar bloquear la puerta y entrar y ha señalado que silbó desde fuera para que la mujer supiera que estaba allí y ésta le abrió y le dejó pasar sin que mediara ningún tipo de violencia o intimidación.

La víctima también ha señalado que el acusado acudió «suave» al domicilio y ella, para evitar que se pusiera agresivo, como según ha dicho había ocurrido en anteriores ocasiones, decidió actuar con «mano izquierda», le dejó pasar y estuvieron charlando.

En un momento dado, ella ha explicado que el hombre comenzó a «insistirle» para tener relaciones, pero ella se negó, tras lo que él «le obligó» a hacerle una felación. «Eres mía, me decía a menudo», ha afirmado la mujer.

Según la víctima, este tipo de hechos se produjeron en varias ocasiones a lo largo del fin de semana que ambos pasaron en el domicilio y su agresividad iba «in crescendo». Ha relatado que llegó a cogerla de la cabeza, «le tapó la boca», una presión que, según su versión, hizo que se le saltara una pieza dental, le sujetó las manos y, en una ocasión, «trató de quitarle los pantalones».

Según la víctima, ella se resistió y, en base a su propia declaración, llegó a arañar al acusado en el cuerpo y a mordele en el pene.

Sin embargo, en las revisiones que les fueron practicadas a ambos tras la denuncia de ella y la detención del acusado, no se encontraron lesiones en uno ni en otro, salvo que se acreditó que a ella le faltaba una pieza dental, aunque sin que los peritos hayan podido determinar si la pérdida se produjo ese día u otro anterior o que, como ella afirma, fuera por una agresión o porque se le había caído dado que estaba en mal estado.

Ella ha asegurado que no pudo abandonar la casa porque él no le permitía acercarse donde estaban las llaves y tampoco tenía el móvil (al llegar el acusado, lo escondió en el baño para evitar que se lo cogiera).

En contraposición, el agresor –que ha sido el último en declarar y ha permanecido tras un biombo mientras lo hacía la víctima– ha relatado que cuando acudió al domicilio de la víctima «ella le dejó pasar» e «incluso me invitó a cenar». Tras ello, estuvieron hablando y se quedaron dormidos en el sofá hasta el día siguiente.

Según el acusado, cuando se despertaron «empezaron a besarse y con tocamientos mutuos» y «consentidos». Ha afirmado que ella le masturbó y él llegó a eyacular (se encontró ADN en una bata que llevaba la víctima en ese momento).

Ha asegurado que en todo el fin de semana se produjo solo esa relación, a la que «en ningún momento» ella se negó, y ha negado que la forzara causándole ningún tipo de lesión.

De hecho, ha mantenido que ambos estuvieron «a gusto». Sí ha relatado que al día siguiente, ella se despertó con el «chip cambiado» y le dijo que se fuera.

Él ha reconocido que ante ese cambio de actitud, se enfadó y golpeó la pared que había detrás del sofá, dejando una marca en la pared (ella mantiene que el acusado se había golpeado al intentar forzarla) y, posteriormente cogió sus cosas y se marchó.

Ese mismo día, la víctima acudió a la Guardia Civil a denunciar la agresión sexual y, posteriormente, él fue detenido. Actualmente está en prisión provisional en el penal del Dueso (Santoña).

Para el fiscal, los hechos constituyen un delito de quebrantamiento de la orden de alejamiento y comunicación; otro de violación y otro de lesiones en el marco de la violencia de género y pide para el acusado quince años y dos meses de prisión y ocho de libertad vigilada. Además, en concepto de responsabilidad civil, reclama que indemnice a la mujer con 12.245 euros por el daño moral causado y las lesiones sufridas.

Por su parte, la acusación particular, que ejerce la víctima, pide 12 años de prisión y reclama 800 euros de indemnización. Califica los hechos como delitos de quebrantamiento de condena, agresión sexual y detención ilegal. También en su escrito provisional añadía uno de allanamiento de morada, que en el juicio ha retirado.

Por su parte, la defensa ha pedido la absolución del delito de agresión sexual y lesiones, mientras que por el de quebrantamiento de la orden de alejamiento ha pedido que se le imponga una multa, pero no cárcel ya que tanto acusado como víctima han confirmado que no eran pareja.

En la fase de informes, tanto el fiscal como la acusación particular han considerado que los hechos que se enjuicia han quedado «acreditados» por el relato de la víctima y otros elementos.

Aunque reconocen algunas «lagunas» de la víctima, lo han achacado al paso del tiempo o a lo «traumático» de los hechos y han mantenido que su relato ha tenido «ausencia de contradicciones» y «en lo esencial» ha sido «coherente».

Por contra, la defensa considera que la declaración «no es coherente con la realidad de los hechos» y «no supera ninguno de los filtros» para considerar que éstos hayan quedado acreditados.

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