El embajador en Bélgica afea a Albares la «maniobra mezquina» de su cese: confunde discrecionalidad con arbitrariedad
Antón asegura que el subsecretario le trasladó que su relevo no era por su «desempeño profesional»
El embajador de España en Bélgica, Alberto Antón, ha afeado al ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, la «maniobra torpe, ridícula y mezquina» que se ha llevado a cabo para su cese y el daño que se ha hecho a su reputación por el hecho de que se haya dado a entender que se debe a que su durmió durante la Conferencia de Embajadores.
En una carta enviada al propio ministro, a la que ha tenido acceso Europa Press, Antón asegura que acata su «ceses inesperado», «cómo no podría ser de otro modo», solicitará el plácet para su sucesor en el cargo y volverá a los servicios centrales del Ministerio «para seguir sirviendo a España».
Según ha explicado, el subsecretario del Ministerio, Xavier Martí, le llamó el pasado 29 de enero para informarle de que iba a ser relevado. «Me precisó que mi cese no se debía a mi desempeño profesional», ha precisado el todavía embajador en Bruselas.
Tras interesarse por «los rumores en los pasillos» del Ministerio y que finalmente se han confirmado, relata que ha podido saber que «el asunto afecta a un triángulo de Embajadas (Lituania, Luxemburgo y Bélgica) siendo yo, sin haber cumplido en el puesto el tiempo mínimo habitual (entre tres y cuatro años), el único que salgo perjudicado por tus calculados ajustes».
TRES EMBAJADAS AFECTADAS POR LOS CAMBIOS
Antón se refiere con ello al hecho de que a él le sucederá en Bruselas el ahora embajador en Luxemburgo, José María Rodríguez Coso, quien a su vez será sucedido por la actual embajadora en Lituania, Nieves Blanco. Se da la circunstancia de que Blanco es la mujer del embajador ante la UE, Marcos Alonso, compañero de promoción y muy próximo al ministro.
Mientras «se disparan las interpretaciones» y finalmente queda «bien explicada la operación de cambios en las embajadas», «simultáneamente se difunde ampliamente en los medios de comunicación la idea de que he sido cesado por dormirme en el acto solemne de tu discurso», le señala al ministro.
El embajador inicia precisamente su relato refiriéndose a este episodio y explicando que esa mañana estaba «enfermo con gripe y bajo los efectos de antihistamínicos» pero decidió ir por poder encontrarse con sus compañeros.
Asimismo, comenta que ya durante la conferencia de embajadores, una vez se hizo público un vídeo mostrando a varios de ellos dormitando durante el discurso inaugural de Albares, bromearon con que «en el contexto actual del Ministerio, si se quería, se podía encontrar en el vídeo munición para tratar de descalificar, amedrentar y eventualmente destituir a alguien llegado el momento oportuno».
Así las cosas, Antón reconoce a Albares que «esta maniobra, aparte de torpe, ridícula y mezquina» le «incomoda y consterna» no ya tanto por lo que considera es «un intento de ensuciar y poner en entredicho» su reputación profesional, sino porque apunta a la arbitrariedad.
CON SU ARBITRARIEDAD SIEMBRA INSEGURIDAD Y MIEDO
A su juicio, «pone de manifiesto una falta de criterio, que hace pensar que se confunde un principio que asumimos todos los compañeros disciplinadamente, como es el de la discrecionalidad, con la arbitrariedad, con lo que ello conlleva de sembrar la inseguridad y el miedo entre los que tenemos la responsabilidad de defender los intereses de España en el Exterior».
En este sentido, asegura que le preocupa especialmente esta situación por los diplomáticos más jóvenes, «recién ingresados en la Carrera, cuya ilusión y ganas de servir al Estado» él mismo pudo comprobar en su anterior puesto como director de la Escuela Diplomática.
Igualmente, considera que su cese supone desaprovechar los contactos que ha cosechado y lamenta que se produzca cuando este año España será el país invitado del festival Europalia 2025 que inaugurarán los Reyes el próximo octubre. «Habría deseado contribuir con mi trabajo al éxito de la visita de nuestros Reyes, a los que profeso un enorme respeto y admiración siendo nuestro jefe del Estado el mejor representante de España en el exterior», destaca.