El comité de las ambulancias programadas urge a la Consejería que actúe ante las «irregularidades y deficiencias»
El comité de empresa de Diavida (UGT, CCOO, USO y CGT), concesionaria del transporte sanitario programado del Servicio Cántabro de Salud, ha vuelto a denunciar «irregularidades» y «deficiencias» del servicio, las «más graves» relacionados con la falta de personal, riesgos laborales y «retrasos» en el traslado de pacientes, y ha pedido a la Consejería de Salud que «actúe inmediatamente».
Así lo han manifestado ese lunes en rueda de prensa el presidente del comité de empresa de Diavida en Cantabria, José Alberto Ibarguen, y el delegado del comité de empresa, Gildo Cabañeros, que han avanzado que se convocarán nuevas movilizaciones si la situación «no cambia».
Para el comité, que se reunirá de nuevo el próximo miércoles con la empresa tras cuatro meses denunciando «importantes» «incumplimientos» del convenio colectivo, en los pliegos de condiciones y en la ley de prevención de riesgos laborales, la Consejería debería plantear un expediente para que Diavida «no esté en Cantabria».
Según han indicado, «la falta de supervisión adecuada y la falta de respuestas oportunas han agravado significativamente» la situación, y es necesaria una «responsabilidad compartida» por parte de la empresa y la Administración porque, han advertido, «la bola, conforme vayan pasando los meses, va a ser más grande».
En concreto, se han referido a la «escasez» de personal de una plantilla compuesta por 136 trabajadores y en la que faltan 30 «mínimo». «Los fines de semana ha habido noches de trabajar solo un conductor en toda Cantabria», han censurado.
Asimismo, han denunciado «retrasos» en los cobros de las nóminas y en la realización de los servicios con los pacientes, que «esperan horas y días para poder ser desplazados del hospital a sus domicilios».
«Lo que hacen es llenar todas las ambulancias de pacientes para poder intentar llegar a tiempo» y hay «gente de Urgencias que se tiene que ir por sus medios, sacándoles en brazos los familiares», han aseverado.
También han informado que la última resolución de Inspección de Trabajo, recibida el pasado viernes, señala una propuesta de sanción a la empresa por «innumerables incumplimientos» en el centro de Santander.
Inspecciones que también se han interpuesto en Torrelavega, Reinosa y Laredo, donde, han destacado, en este último «no hay base» y los trabajadores «se tienen que cambiar en la calle». «Es gravísimo que no tengamos ni dónde cambiarnos, ni dónde ducharnos, ni dónde echar la ropa», han dicho en relación a todas las bases de la región.
Además, han señalado «incumplimientos» en los pliegos de condiciones por parte de la empresa, como que los servicios en camilla «se siguen realizando con un solo técnico» y no dos.
El comité ha criticado que tampoco ha recibido las cuentas solicitadas para conocer la liquidez de la empresa, así como las evaluaciones de riesgos laborales o el plan de formación, y «no ha habido negociación de calendarios laborales para el 2025», ha censurado.
Según ha recordado, estos «problemas» no son «nuevos ni aislados», y ya se convocó en noviembre una huelga indefinida, que no pudieron secundar más de un día porque se impusieron unos servicios mínimos de «más de un 99%».
Además, se planteó una demanda en el Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laboral (Orecla) porque «no cumplían» los puntos pactados para desconvocar la huelga, como el pago en plazo de las nóminas.
A juicio del comité, Diavida «no está dando un servicio óptimo a todos los ciudadanos de Cantabria» y cree que, pese a las denuncias ante Inspección y el Juzgado, su capacidad para resolver el problema es «limitada» y es el Gobierno de Cantabria el que tiene que poner el asunto sobre la mesa y «aportar soluciones definitivas».