El protocolo antiacoso sexual de Sumar: suspensión cautelar, canal seguro de denuncias y una comisión para investigarlas


La formación tiene publicada en su web este plan de medidas que se comprometió a desplegar ante el caso Errejón

Sumar ha publicado en su página web un protocolo antiacoso sexual que supervisará una comisión específica del partido y contempla, entre otras actuaciones, medidas cautelares como la suspensión temporal de la formación en casos de especial gravedad, un canal seguro de denuncias y el compromiso de acompañar y asesorar a la víctima, unido a acciones reparativas.

La formación ya reconoció cuando estalló la crisis por las denuncias contra su exportavoz parlamentario Íñigo Errejón, que el pasado jueves declaró en sede judicial en la causa por la presunta agresión sexual a la actriz Elisa Mouliaá, que sus mecanismos habían fallado y que la sucesión de elecciones durante 2024 hizo que no se consolidara su plan de medidas interno contra el machismo.

A principios de esta semana ya dieron luz verde a la versión final de este protocolo recién estrenado, como reivindicó su nueva portavoz en el Congreso Verónica Martínez, está ya disponible en su página web, junto a un modelo estandar de denuncia y un correo específico para realizar cualquier comunicación.

COMISIÓN ESPECÍFICA COORDINADA POR LA SECRETARIA DE FEMINISMOS

De esta forma, para el cumplimiento del protocolo habrá una comisión específica, formada como máximo por ocho personas y que estará coordinada por la secretaria de Feminismos y Organización (cargos que actualmente ocupan Amanda Andrades y Lara Hernández, respectivamente), así como referentes territoriales de Sumar en estas dos áreas.

También fija que cuando se tenga conocimiento de un caso de acoso, se deben designar a dos personas de la comisión que escuchen a la afectada, le asesoren de los recursos asistenciales internos y externos y le apoyen a la hora de cursar la denuncia.

A su vez está en las competencias de este órgano proponer medidas cautelares durante la fase inicial de investigación, con aras a proteger a la presunta víctima de acoso.

«LA MEJOR POLÍTICA FRENTE AL ACOSO ES ACTUAR PARA QUE NO SUCEDA»

«La mejor política frente al acoso es actuar para que no suceda», agrega el protocolo para desgranar que prevenir y disponer de instrumentos de detección rápidos es fundamental, tanto para evitar situaciones graves como «minimizar los daños y aumentar las posibilidades de reparación».

Para ello, habrá actividades explicativas del protocolo y formaciones internas específicas sobre la Comisión del Protocolo, así como sobre «género, cuidados, violencias machistas, masculinidades y corresponsabilidad, participación igualitaria y estrategias de resolución de conflictos».

Por otro lado, se garantizan canales (buzón de comunicaciones, atención telefónica y dirección de correo electrónico) para elevar quejas o denuncias, realizar encuestas periódicas para detectar riesgo de acoso e informes sobre casos atendidos.

Aparte, se pauta que podrán realizarse avisos verbales y escritos a personas integrantes de la ejecutiva y el grupo coordinador, unido a un formulario «seguro», con un canal de denuncias en la página web, que será remitido a la comisión del protocolo antiacoso.

PERVIVEN COMPORTAMIENTOS MACHISTAS INCLUSO EN ESPACIOS PROGRESISTAS

La formación subraya en dicho protocolo que Sumar tiene entre sus principios fundamentales el feminismo y la lucha por la igualdad, aunque es consciente de que en política, incluso en espacios progresistas, «perviven elementos y rasgos patriarcales, que determinan conductas, procedimientos y formas de actuar machistas y androcéntricas».

Por tanto, es necesario un protocolo que prevenga y ataje esta forma grave de violencia machista, además de abordar conductas que sin constituir acoso tienen un impacto negativo tanto individual como colectivo, además de asentar espacios organizativos «igualitarios».

Sumar también resalta que este mecanismo antiacoso no se concibe como un «instrumento cerrado» sino que se irá actualizando y mejorando.

PROTOCOLO DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO

El protocolo es de aplicación obligatoria para todos los miembros de Sumar, tanto a cargos políticos e institucionales como trabajadores, como un elemento más de su Código Ético que ya recoge también sanciones por conductas graves. A su vez, se especifica que una personas que no pertenezca a la organización puede utilizarlo y que se active para denunciar a otra que sea militante de Sumar.

A su vez, explicita que las conductas denunciadas podrán ser investigadas, con independencia de si se ha producido en actividades legadas a la formación como en otros ámbitos privados o de la vida personal, ya sea de forma física o a través de redes sociales.

Sumar también fija como acoso sexual cualquier comportamiento, físico o verbal, no consentido y que tenga propósito de atentar contra la dignidad de una persona y/o crearle un «entorno intimidatorio, humillante, degradante u ofensivo».

A molo ilustrativo pone de ejemplo conductas que pueden ser constitutivas de acoso sexual verbal, como comentarios obscenos y bromas sexuales ofensivas, difundir rumores sobre la vida sexual, demandas de favores sexuales, presión para mantener relaciones, insinuaciones sexuales molestas o llamadas telefónicas, mensajes o contactos por redes indeseados y con contenido sexual de carácter ofensivo.

De comportamientos no verbales señala gestos obscenos o miradas lascivas, uso de imágenes de Internet de contenido sexual explícito, exhibicionismo, observación clandestina de personas en lugares reservados, como por ejemplo los baños, o difundir vídeos sin consentimiento. Luego, recoge tipologías de acoso físico, como tocamientos o prácticas sexuales no consentidas, entre otras.

«En algunos casos, es posible que si algunas de estas conductas se producen de manera puntual no puedan ser consideradas como acoso, sino que han de darse de forma reiterada y/o en conjunción con otras conductas. Ahora bien, otras conductas, aunque se den de forma puntual, son suficientemente graves para ser consideradas acoso. Es decir, un único episodio puede ser constitutivo de acoso», explica el protocolo.

También recoge como acoso moral conductas directas o indirectas de desprecio o atentado a la dignidad, sometimientos de carácter emocional o psicológico o voluntad de anular la reputación de una persona.

A modo de ejemplo, enumera varias como ridiculizar y menospreciar capacidades de una persona, desacreditar de forma continuada su trabajo, difamar y calumniar, mofas, burlas, atacar convicciones ideológicas o comportamientos excluyentes, entre otros.

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