El PP afea al Gobierno su «falta de honestidad» porque sabe que Marruecos no quiere abrir las aduanas de Ceuta y Melilla
Rabat sigue sin resolver los problemas técnicos que alegó hace un año y sin cumplir el compromiso que alcanzó en abril de 2022
Las aduanas de Ceuta y Melilla siguen sin abrirse pese al compromiso expreso alcanzado con Marruecos en abril de 2022 tras el respaldo del Gobierno al plan de autonomía marroquí para el Sáhara. Rabat alegó hace un año que tenía aún «problemas técnicos» que subsanar, pero en el PP tienen claro que no va a dar ese paso porque supondría un reconocimiento implícito de la soberanía española y afean al Gobierno su «falta de honestidad» para reconocerlo.
La reapertura de la aduana en Melilla, que Marruecos cerró unilateralmente en agosto de 2018, y la apertura de una nueva en Ceuta, donde no había existido nunca, fue uno de los puntos más destacados de la hoja de ruta que se pactó el 7 de abril de 2022 en el encuentro mantenido entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Mohamed VI.
Llegó incluso a tener fecha prevista aunque esta se fue postergando, y de producirse en enero de 2023 antes de la Reunión de Alto Nivel (RAN) que tuvo lugar el 1 y 2 de febrero, se pasó a acordar la realización de una serie de pruebas para que no hubiera ningún problema. En total, se llevaron a cabo tres ejercicios piloto en los meses siguientes.
En esas circunstancias, tras la reunión mantenida en Rabat el 14 de diciembre de 2023 por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, con su homólogo marroquí, Naser Burita, se informó de que por parte española estaba «todo listo» pero Marruecos tenía aún unos problemas técnicos que resolver.
Esa fue también la explicación que le dieron a Sánchez Mohamed VI y el primer ministro, Aziz Ajanuch, en su visita del 21 de febrero. El jefe del Ejecutivo se mostró confiado de que «pronto» habría novedades, toda vez que Rabat había vuelto a reiterar su compromiso con lo acordado en la hoja de ruta.
SIN FECHA PREVISTA
Sin embargo, desde entonces no ha habido noticias al respecto. Ni siquiera tras el encuentro que mantuvieron el pasado 26 de noviembre en Cascais (Portugal) los dos ministros de Exteriores ninguno de los dos gobiernos aclaró si este había sido uno de los asuntos tratados y había habido avances.
«España y Marruecos siguen trabajando en la hoja de ruta acordada entre ambos países», se han limitado a trasladar a Europa Press fuentes del departamento que dirige Albares tras ser preguntadas sobre si hay previsión de que las aduanas puedan abrir próximamente. Tampoco Marruecos ha respondido a las preguntas formuladas sobre los problemas técnicos que impiden que estas puedan estar ya operativas.
«No hay problemas técnicos que duren tanto tiempo», señalan fuentes del PP a Europa Press. «El ministro ha dado muchas fechas y ninguna se ha cumplido, ello demuestra su incapacidad negociadora y su falta de honestidad frente a la opinión pública», le afean, incidiendo en que «sabe que Marruecos no va a mover ficha porque ello supondría el reconocimiento expreso de la españolidad de ambas ciudades».
En el PP, que gobierna en ambas ciudades autónomas, en las que hay un claro malestar por el retraso, valoran «muy negativamente» que las aduanas sigan sin abrirse, más en el caso de Melilla donde ya existía y se procedió a su cierre para poner «a prueba» a Sánchez tras su llegada a La Moncloa.
EL PP AFEA AL GOBIERNO SU POLÍTICA
«La falta de respuesta adecuada por parte de España fue leída por Marruecos como debilidad y desde entonces la estrategia de estrangulamiento de ambas ciudades españolas ha continuado facilitada por los errores y la falta de voluntad del Gobierno Sánchez», lamentan los populares , que afean también que se hayan roto los consensos en política exterior y la falta de información. «Desarrolla una política exterior de partido, no de Estado», denuncian.
Así las cosas, insisten en que el Gobierno sigue sin haber explicado adecuadamente el giro respecto al Sáhara o el espionaje con el software Pegasus, del que se ha venido responsabilizando a Marruecos pero sin que haya habido confirmación oficial. «¿Calla el Gobierno a cambio de otros silencios marroquíes? ¿Va a ceder también la sede de la final de la Copa del Mundo 2030 que bien podría jugar España?», se preguntan.
También los expertos en Marruecos coinciden en que el reino alauí está dando largas y su intención última no es abrir las aduanas. Entre los factores que explican que sigan cerradas, Alfonso Casani, profesor de Ciencia Política de la UCM, destaca «la reticencia de Marruecos a dar cualquier tipo de paso que implique un reconocimiento de la soberanía española sobre Ceuta y Melilla».
Para la monarquía alauí, la cuestión territorial es un factor de legimitidad, como dejó claro Mohamed VI al decir que el Sáhara es el prisma por el que ve sus relaciones con otros países, y por eso no se toma ningún tipo de decisión que «pueda suponer un reconocimiento implícito», recuerda en declaraciones a Europa Press.
FRACASO NEGOCIADOR DEL GOBIERNO
Por otra parte, Casani también apunta a un «fracaso negociador» del Gobierno, que se ha mostrado incapaz de «imponer su postura en las negociaciones con Marruecos». Este fracaso viene explicado, entre otras cosas, por «la cada vez mayor debilidad que tienen en las negociaciones tanto España como la UE, consecuencia de la securitización de sus relaciones diplomáticas con Marruecos», añade.
Según este experto, al dar prioridad a elementos securitarios como la lucha contra el terrorismo o el control migratorio se ha quedado subordinado «a los intereses marroquíes en los procesos de negociación».
A juicio de este profesor de la UCM, con su decisión de no abrir las fronteras Marruecos también busca una «europeización» de la cuestión y responder «a la última sentencia publicada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea», que tumbó los acuerdos agrícola y pesquero de la UE con el reino alauí.
MARRUECOS NO TIENE INCENTIVOS PARA ABRIRLAS
En opinión de Irene Fernández Molina, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad de Exeter, «Marruecos no tiene un incentivo claro para reabrir las aduanas, ni económico ni mucho menos político, y puede prolongar la situación actual indefinidamente».
«Lo que se supone que es una situación temporal o transitoria puede mantenerse eternamente y con decir que están trabajando en ello salvan la cara diplomáticamente», señala en declaraciones a Europa Press.
«Es un poco lo que algunos académicos llaman negotiating to avoid agreement «, es decir, seguir negociando de forma indefinida y con ello evitar que haya un acuerdo.
Para esta experta, «el comportamiento dilatorio de Marruecos es claramente estratégico y está relacionado con el cambio de modelo de desarrollo socioeconómico para la región norte, o al menos el discurso y los gestos políticos en ese sentido, en respuesta al movimiento de protesta» que comenzó en el Rif en 2016.
Aunque considera que no tiene tanto que ver con un intento de presionar a la UE, al menos no de forma directa, reconoce que «mantener la presión a España puede servir a múltiples objetivos según convenga en cada momento».