Cataluña necesitaría más de 16 años en saldar su deuda con el Estado con la financiación singular propuesta
El Colegio de Economistas de Madrid ve «inviable» el modelo y avisa de que si se condona la deuda, el Estado comprometería su financiación
Cataluña necesitaría más de 16 años en liquidar la deuda que tiene con el Estado y empezar así a disfrutar realmente del aumento de ingresos tributarios resultantes del modelo de financiación singular propuesto por la Generalitat y asumido en el acuerdo entre PSC y ERC, según cálculos aproximados del Colegio de Economistas de Madrid.
En concreto, de acuerdo con las estimaciones de los economistas madrileños, la deuda de Cataluña (sumando el gasto adicional que implicaría una Agencia Tributaria en esta comunidad, así como un cupo de 7.589 millones de euros, el FLA y otros gastos) superaría los 374.000 millones de euros, mientras que el incremento neto de los ingresos tributarios con el nuevo modelo de financiación alcanzaría sólo los 22.768 millones de euros. De esta forma, se necesitarían 16,4 millones para cancelar toda la deuda de Cataluña con el Estado.
En un documento presentado este jueves en el que analiza la propuesta catalana, los economistas madrileños avisan de que si se accediera a condonar o no exigir, total o parcialmente, la deuda contraída por Cataluña, el Estado tendría que afrontar esta situación «en un momento en el que su deuda supera el PIB nacional, por lo que sus vías de financiación se verían gravemente comprometidas» y se encontraría en «serias dificultades» para financiar su deuda pública.
El Colegio de Economistas de Madrid afirma que aunque en la propuesta de financiación singular se dice que ésta no debe comportar privilegios para Cataluña, es más verosímil pensar que lo que se pretende es un incremento de los ingresos tributarios que recibe Cataluña, lo que resultará, a su juicio, «en una merma» de los ingresos de otras comunidades autónomas y/o del nivel estatal.
«Esto abocaría a la quiebra de todo el sistema de financiación si la totalidad o una buena parte de las otras comunidades planteasen y obtuviesen sus respectivos modelos de financiación similares al catalán», avisan los economistas madrileños.
A su juicio, resulta «inviable» la pretensión de que Cataluña disponga de plena y exclusiva autonomía en todas las materias tributarias, incluyendo la normativa y la fijación de tipos impositivos.
«Si de acuerdo con lo expresado en el modelo de financiación singular de Cataluña se hiciera extensivo al resto de comunidades autónomas, se llegaría a una situación en la que el Estado quedaría vaciado de competencias tributarias, quedando a expensas de los cupos que pudiera recibir de las comunidades autónomas, lo que podría suponer el colapso del Estado», advierte el documento.
Los economistas madrileños afirman además que el fracaso del sistema seguido hasta ahora por el Gobierno catalán se debe a su gestión presupuestaria, basada en el gasto y considera una «ingenuidad» por su parte pensar que el modelo propuesto y la asunción absoluta de competencias tributarias sea la solución a su «delicada» situación financiera.
«El verdadero problema estriba en lo que cabe llamar el síndrome del hijo pródigo , que reclama la entrega inmediata de su herencia y, tras su fracaso en administrarla, vuelve a reclamar más recursos», defienden los economistas.
Sostienen, además, que mientras que Cataluña ha decidido afrontar un mayor nivel de gasto, acudiendo al endeudamiento y «con la consiguiente espiral de deuda que va agravando su déficit crónico», la Comunidad de Madrid, la que más se le parece en cuanto a PIB, población y financiación recibida, «ha tratado de mantener una estrecha correlación entre ingresos y gastos».
CATALUÑA ESTÁ «SUPRAFINANCIADA»
Asimismo, consideran que Cataluña «no puede considerarse infrafinanciada, sino suprafinanciada», pues en 2023 obtuvo una financiación de 33.579 millones de euros, por encima de los 23.964 millones de euros de Madrid, pese a que ésta presenta cifras más altas de PIB y de recaudación tributaria.
Según el Colegio de Economistas de Madrid, las causas del «déficit crónico de Cataluña» deben buscarse principalmente en la gestión realizada hasta ahora por la Generalitat «y no en una pretendida infrafinanciación achacable al Gobierno del Estado procedente de tributos y transferencias corrientes».
Los economistas madrileños aprecian además que no se justifican «los pretendidos mayores gastos por costes y mayores competencias» que señala Cataluña en la propuesta y entienden en ésta «subyace una pretensión de tutela y preeminencia sobre el resto de las administraciones públicas, tanto a nivel estatal como autonómico».
En su opinión, la experiencia de los más de 40 años de aplicación de los regímenes forales ha puesto de manifiesto que, de los problemas y dificultades que llevan aparejados, «los que generan más desequilibrios son los derivados de la bilateralidad y preeminencia».
«La bilateralidad supone que el desarrollo y aplicación, una vez establecido el marco legal, se desenvuelve casi exclusivamente a espaldas del resto de las comunidades, de modo que éstas se ven afectadas por los pactos acordados entre gobiernos y/o administraciones, con el riesgo de menoscabo de los principios constitucionales de igualdad y solidaridad», apuntan.
Esto, entienden los economistas,enlaza con la preeminencia en la que los regímenes forales quedan situados respecto del régimen común en términos de financiación. Acordada ésta bilateralmente por cada territorio foral con el Estado, determinando así su porción en los ingresos y gastos, el resto debe establecerse multilateralmente por los restantes territorios, pero sin que puedan modificar lo ya acordado bilateralmente, explican.
«Hasta ahora, esta anomalía viene siendo asumida en torno al 7,5% del PIB nacional, pero, de aplicarse el modelo de financiación singular para Cataluña que contiene la propuesta, adquiriría ya una importancia crucial, superior al 26% del PIB nacional. Y esto bajo el supuesto de que éste quedase limitado a Cataluña, sin que ninguna otra comunidad autónoma pudiese o quisiese la extensión del mismo modelo a su territorio», defiende el documento.
Los economistas madrileños ven además «contradictorio» que Cataluña pida totales competencias tributarias y exija al mismo tiempo niveles mínimos de imposición al resto de regiones, contribuyendo a la aparición de supraimpuestos (grandes fortunas, banca y energéticas, entre ellos), «de los que, sin embargo, pretenden quedar liberados los territorios de régimen foral, incluida entre ellos Cataluña.
Asimismo, y en relación a los cupos, consideran que actualmente no constituyen una compensación equivalente a los gastos y servicios incurridos por el Estado en la parte correspondiente a los territorios forales, «sino que forma parte de acuerdos en función de la necesidad de obtener mayorías parlamentarias coyunturales por parte del Gobierno, o de quienes pretenden gobernar». «Como consecuencia, es ahora el Estado el que, en términos reales, paga a los territorios, y no a la inversa», concluyen los economistas de Madrid.