Condenada la mujer que denunció sumisión química en Santander por amenazar a su jefe con una falsa agresión
ZARAGOZA/
La Audiencia Provincial de Zaragoza ha condenado por un delito leve de amenazas a la joven de la ciudad que denunció haber sido víctima de una sumisión química este pasado verano en Santander, en la convención que celebraba una conocida empresa inmobiliaria para la que trabajaba, por amenazar a su jefe con una denuncia falsa de agresión sexual tras ser despedida.
El tribunal ha desestimado así el recurso de apelación presentado por la joven contra la sentencia del Juzgado de Instrucción número 11. Según dicha sentencia, confirmada ahora por la Audiencia, el juez impuso a la chica una multa de 720 euros –tres meses con cuota diaria de 8 euros– y la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros de distancia del que era su superior, si bien la ha absuelto del otro delito que se le imputaba, el de coacciones.
Por su parte, la denuncia por sumisión química -en el evento celebrado el 14 de junio en la capital cántabra- fue archivada el pasado 4 de noviembre por la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santander, aunque la mujer ha recurrido esta resolución.
El 18 de junio, cuatro días después de la convención de Santander y dos días antes de la denuncia por agresión sexual, el gerente de la sucursal de la inmobiliaria en la capital aragonesa despidió a la acusada y a otro compañero. En ese momento, esta se enojó, arrojó una taza contra el suelo fracturándola y le dijo a su jefe «que se iba a arrepentir». Minutos después, llamó al gerente de otra oficina de la empresa en Zaragoza y le dijo que «iba a quemar la oficina».
Al día siguiente, ambos trabajadores despedidos acuden a una tercera oficina de la inmobiliaria en Zaragoza y le cuentan a un empleado que «la habían drogado y violado y que lo iba a decir por ahí», dando a entender que había sido su exjefe. El mismo día, la acusada se presenta en otra sucursal, donde solicita trabajo al franquiciado porque, de lo contrario, «le iba a arruinar la vida» al que fuera su superior.
El 20 de junio, al acudir los dos empleados despedidos a la oficina donde trabajaban para hacer entrega de documentos y no dejarles entrar el gerente, que llamó a la Policía, la condenada exclamó: «Va a quedar bonita la marca, agresión sexual en la convención, por alguien de aquí de Zaragoza, una agresión sexual, acoso laboral, de todo… que no me tenga que pagar una millonada…».
La Audiencia Provincial acepta los hechos probados de la sentencia apelada, así como los fundamentos de derecho, y rechaza aplicar un eximente o atenuante por alteración psíquica de la acusada, en base a unos informes médicos.