Sánchez defiende en el G20 un impuesto global al patrimonio de las grandes fortunas

Anuncia 400 millones para proyectos de desarrollo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido la creación de un impuesto global al patrimonio de las grandes fortunas, tal como propone el presidente de Brasil, Lula da Silva y además ha anunciado que entregará 400 millones de euros a la Asociación Internacional de Fomento (AIF) para financiar proyectos de desarrollo.

Además ha vuelto a recordar en un foro internacional la catástrofe que afectó principalmente a Valencia y dejó centenares de muertos el 29 de octubre. «El cambio climático mata», ha reiterado.

Sánchez ha hecho estas declaraciones desde Río de Janeiro en su intervención en la primera sesión de trabajo dedicada a La inclusión social y la lucha contra el hambre y la pobreza . «No hay otra causa más importante ni urgente», ha señalado el jefe del Ejecutivo ante el resto de líderes.

Sobre el impuesto al patrimonio, ha señalado que hay que promover acciones que mejoren el acceso al capital en los países en desarrollo que lo necesiten, así como políticas de lucha contra la evasión y elusión fiscales, y de mejora de la justicia fiscal. «Medidas como un impuesto global sobre el patrimonio de las grandes fortunas, como usted propone y defendemos juntos, presidente Lula», ha indicado Sánchez, según indican fuentes de Moncloa.

Asimismo ha remarcado que España está dispuesta a predicar con el ejemplo y por tanto va a comprometer 400 millones de euros en la próxima reposición de la Asociación Internacional de Fomento. Supone un incremento de casi el 40% respecto a la anterior reposición, ha indicado Sánchez que ha pedido al resto de líderes que aumenten su «ambición» para garantizar una arquitectura financiera internacional adecuada.

ERRADICACIÓN DEL HAMBRE EN 2030

Antes de la intervención de Sánchez, el presidente de Brasil había presentado la «Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza», en la que España ha sido uno de los primeros países en adherirse, según remarcan desde Moncloa, que persigue la erradicación del hambre y la pobreza para el año 2030.

A este respecto, Sánchez ha lamentado las «cifras inaceptables» sobre este fenómeno, con 733 millones de personas que pasaban hambre en 2023 , mientras que aproximadamente 712 millones de personas vivían en la pobreza extrema en 2022, 23 millones más que en 2019, números que a su juicio son «totalmente evitables» con los medios actuales.

Además, ha defendido que España ya cumple sus objetivos y ha destacado que su Gobierno ha aumentado el salario mínimo más de un 50% desde 2018 y ha creado un ingreso mínimo vital que ya protege a dos millones de ciudadanos.

EL CAMBIO CLIMÁTICO MATA

Por otro lado, ha puesto el foco en el cambio climático al señalar que la inseguridad alimentaria, la malnutrición y la pobreza se ven agravados por el mismo, debido a la pérdida de biodiversidad, las sequías y los fenómenos meteorológicos más frecuentes y extremos.

Además, al igual que hizo en la reciente Cumbre del Clima en Baku (Azerbaiyán) Sánchez ha alertado de que el cambio climático «mata». «Lo acabamos de ver en mi país», ha señalado en referencia a las inundaciones y riadas en el Mediterráneo que se han saldado con más de dos centenares de fallecidos.

«Por eso pido a todos los países del G20 que den el impulso necesario para garantizar una negociación exitosa en la COP29 que acelere la aplicación del Acuerdo de París y garantice una financiación suficiente procedente de una amplia gama de fuentes y contribuyentes», ha reclamado.

CONFERENCIA DE SEVILLA

Finalmente, el jefe del Ejecutivo ha señalado que para erradicar el hambre y la pobreza y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es necesario revisar la financiación para el desarrollo y «tomar decisiones audaces» en la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, que España acogerá en Sevilla en junio de 2025.

«Serán necesarios compromisos concretos para reformar la arquitectura financiera internacional y hacerla más inclusiva, democrática, responsable y sensible a las necesidades de los países en desarrollo», ha apuntado.