El riesgo de enfermedades e infecciones en la zona afectada por la DANA es bajo o moderado, según Sanidad


El Ministerio de Sanidad considera que el riesgo de transmisión de enfermedades e infecciones en las zonas más afectadas por la DANA es bajo o moderado actualmente, si bien espera que la probabilidad sea menor conforme vayan pasando las semanas.

Así lo señala el documento Evaluación rápida de riesgo de las lluvias torrenciales y catástrofe natural en la Comunitat Valenciana que ha elaborado el Ministerio de Sanidad, la Conselleria de Sanitat de la Comunitat Valenciana y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, junto al Instituto de Salud Carlos III.

Según el documento, el impacto de la aparición de enfermedades transmisibles asociado a las inundaciones dependerá en gran medida de la capacidad de los sistemas de vigilancia epidemiológica para realizar una detección precoz que permita la toma de medidas rápidas, así como del adecuado funcionamiento de la asistencia sanitaria.

En este sentido, los expertos señalan que el riesgo de infecciones cutáneas es bajo, dado que se estima que, aunque la probabilidad de infección de heridas es moderada en personas especialmente expuestas a aguas contaminadas a corto y medio plazo, el impacto es muy bajo en la población general.

Por su parte, la evaluación indica que el riesgo de tétanos deberá ser valorado siempre de forma individual por el personal sanitario, «teniendo en cuenta las características de la herida y el estado vacunal del caso de acuerdo a los protocolos en vigor».

En cuanto al riesgo de infecciones transmitidas por agua y alimentos tras inundaciones, varía entre la población general y los grupos más vulnerables. En la población general, el riesgo es moderado, con una probabilidad de transmisión moderada y un impacto que suele ser bajo, ya que la mayoría de las infecciones son gastroenteritis leves y autolimitadas que se suelen controlar con reposición hidroelectrolítica y tratamiento sintomático. Para la población vulnerable -niños, personas mayores, embarazadas y quienes participan en labores de limpieza-, el riesgo se considera moderado debido a una probabilidad moderada de adquisición y un impacto moderado en caso de adquisición.

En este contexto, las medidas de higiene, asegurar la inocuidad de los alimentos mediante su manipulación y preparación segura y el uso de equipos de protección personal son esenciales para reducir estos riesgos.

LEPTOSPIROSIS Y VIRUS RESPIRATORIOS

El riesgo de leptospirosis es moderado para la población de las zonas afectadas, ya que la acumulación de basura, escombros y restos de alimentos favorece un aumento en las poblaciones de roedores, reservorio de la enfermedad, aumentando así la probabilidad de transmisión, siendo esta baja a corto plazo y moderada a medio plazo en aquellas personas que presentan en la piel soluciones de continuidad que faciliten la infección. El impacto de la enfermedad sería bajo/moderado dada la disponibilidad de un tratamiento efectivo.

Con respecto a los virus respiratorios como la gripe, Covid-19 y el VRS, la aglomeración de personas en espacios cerrados como albergues, polideportivos u otro tipo de instalaciones puede aumentar el riesgo de trasmisión de estas enfermedades, aunque en general este riesgo se considera bajo. En el caso de Legionella, «si bien pueden aparecer casos esporádicos o pequeños brotes, especialmente en aquellas personas involucradas en labores de limpieza que no utilicen una correcta protección respiratoria, con comorbilidades o edad avanzada», el riesgo para la población general es bajo.

ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR VECTORES

Entre las enfermedades transmitidas por vectores, el Ministerio destaca la Fiebre del Nilo Occidental (FNO) y las arbovirosis transmitidas por Aedes . Así, Sanidad indica que la presencia de masas de agua estancada tras la DANA favorecerá la proliferación de mosquitos vectores, mientras la temperatura continúe en rangos favorables.

La probabilidad de transmisión de la FNO, se considera moderada mientras dichas condiciones se mantengan teniendo en cuenta que en los años anteriores se han detectado casos en humanos y en équidos en áreas próximas a las zonas inundadas. Esta probabilidad, una vez pasada la temporada activa del vector, es baja. Aunque la mayoría de los casos son leves, se pueden producir alteraciones neurológicas graves para las que no existe un tratamiento específico, por lo que el impacto se considera moderado.

Por su parte, la probabilidad de que se produzcan casos autóctonos de dengue, zika o chikungunya en las áreas afectadas en las que está presente Ae. albopictus , depende tanto de la densidad del mosquito como de la existencia de casos importados; ambos factores suelen descender en esta época del año, aunque podrían registrarse casos virémicos importados durante los desplazamientos internacionales navideños y persistir vector activo si las temperaturas son templadas.

El impacto de las enfermedades transmitidas por Aedes se considera bajo dado que la mayoría de los casos desarrollarían enfermedad leve. Además, el Ministerio asegura que el Sistema Nacional de Salud es capaz de detectar y manejar de forma correcta los casos.

Por último, Sanidad recuerda que España es un país con baja endemicidad para la hepatitis A por lo que el riesgo de transmisión de esta es bajo. Sin embargo, en las personas que vayan a realizar un trabajo con aguas residuales, de alcantarillado o en el subsuelo, la probabilidad de exposición al virus es mayor, sobre todo si se trata de población joven susceptible, aunque dado que el impacto seguiría siendo muy bajo el riesgo de transmisión de la enfermedad se considera bajo.

RECOMENDACIONES

Ante esta situación, el Ministerio de Sanidad ha ofrecido una serie de recomendaciones generales para la población. En este sentido, considera necesario garantizar que las comunidades afectadas tengan acceso a agua apta para el consumo en áreas donde los sistemas de agua y saneamiento hayan sido dañados y establecer sistemas de monitorización de la calidad del agua.

Para evitar enfermedades, recomienda lavarse las manos con agua y jabón antes de cocinar, antes de comer y antes de alimentar a los niños y después de usar el lavabo. Además, no se deben consumir alimentos que puedan haberse mantenido en condiciones húmedas o en contacto con agua o barro excepto en caso de latas y tarros de conservas herméticos y sin daños tras limpiarlos, hervirlos durante dos minutos y dejarlos secar durante una hora al aire libre.

También se aconseja desechar los materiales que están húmedos y que no puedan limpiarse y secarse por completo en el plazo de 24 a 48 horas para evitar que se conviertan en una fuente de proliferación de microorganismos y presencia de moho. Si el moho es abundante se debe realizar la limpieza con protección para la nariz y boca (mascarillas) y ojos (gafas) y manos (guantes y lavado frecuente con agua limpia y jabón).

Las personas con heridas deben mantenerlas limpias y cubiertas con apósitos impermeables, evitando el contacto con el agua, y acudir a los servicios sanitarios si la herida muestra signos de infección (inflamación, enrojecimiento, persistencia o aumento de dolor, salida de material purulento, etc.).

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