BBVA pide más diálogo con el Gobierno por el impuesto y hace autocrítica por no tumbarlo como las energéticas


El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, ha reclamado más diálogo con el Gobierno, especialmente a cuenta de los cambios en el impuesto especial sobre el sector financiero, y ha hecho autocrítica por no haber logrado tumbarlo, como sí ha pasado en el sector energético.

«Tenemos lo que tenemos. Hemos fallado en comunicar apropiadamente lo que se puede hacer de forma diferente o cómo puede ser diferente el diseño [del impuesto]. Es un hecho que es malo para España. El diseño, en nuestra opinión, tiene muchas deficiencias, es anticompetitivo y discriminatorio. Sí, es autocrítica», ha respondido Genç a preguntas de los periodistas.

«Deberíamos haber hecho un mejor trabajo y nos hemos fallado a nosotros mismos», ha enfatizado.

Previamente, en una conferencia con analistas, el consejero delegado ha indicado que el impacto del nuevo diseño del gravamen no será «tan material» como con el diseño actual. En todo caso, ha indicado que todavía es muy pronto para hacer una valoración detallada y pormenorizada, ya que se anunció ayer por la tarde.

«Estoy triste por todo esto, por el episodio completo. Realmente triste, porque los impuestos que se anunciaron ayer fueron básicamente al diésel, al tabaco y a la banca», ha indicado ante analistas Genç.

BBVA ha tenido que abonar este año unos 285 millones de euros por el gravamen temporal a la banca que se aprobó hace dos años. El año pasado, su factura fiscal por este concepto fue de 225 millones, por lo que en total ha pagado unos 510 millones de euros.

El diseño actual del impuesto es de gravar ingresos y comisiones al 4,8% de aquellas entidades que facturaran más de 800 millones de euros en 2019. Los nuevos cambios propuestos abogan por extender el tributo otros tres años y hacerlo progresivo, partiendo del 1% y llegando al 6% en función de la base liquidable.

También permitirá la deducción del 25% de la cuota de Sociedades. Además, se establece una deducción extraordinaria en el caso de que sufran un descenso sostenido de su rentabilidad.

En contraposición con el impuesto a la banca, el Gobierno sí ha acordado hacer decaer el impuesto a las energéticas, después de negociar con sus socios parlamentarios y ante la decisión de empresas del sector de paralizar inversiones en el país o incluso invertir en el extranjero.

Preguntado por si BBVA ha considerado realizar un cambio de sede y mudarse al extranjero, Genç ha rechazado de plano esta posibilidad. «Somos un banco español y siempre seremos un banco español», ha remachado.

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