Una especialista asegura que un tercio de los pacientes oncológicos puede desarrollar una patología cardiovascular
La cardióloga del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, la doctora Teresa López-Fernández, ha asegurado que un tercio de los pacientes oncológicos puede desarrollar una patología cardiovascular, de cara al congreso CardioTox 2024, en el que expertos de toda Europa se reunirán el próximo 6 de noviembre en la mencionada clínica para hablar sobre investigación en cardio-oncología.
«Cáncer y corazón comparten factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes, la obesidad, lo que aumenta el riesgo de desarrollar ambos problemas. Además, algunos tratamientos oncológicos se asocian a efectos secundarios cardiovasculares durante o después del tratamiento», ha explicado López-Fernández, según un comunicado del hospital.
En ese sentido, ha afirmado que la toxicidad derivada de este tipo de tratamientos oncológicos pueden manifestarse a través de la presión arterial, la reducción de la fuerza del corazón, la insuficiencia cardíaca o el aumento del riesgo de sufrir trombosis, arritmias o problemas de las arteras coronarias.
López-Fernández, que también es directora del congreso, organizado por el Grupo de Trabajo de Cardio-Oncología de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ha aseverado que las estrategias de prevención permitirán «evitar la toxicidad cardiovascular o identificarla en fases precoces o potencialmente reversibles».
Por su parte, el coordinador de la Unidad de Linfomas de la Fundación Jiménez Díaz y co-director de CardioTox 2024, el doctor Raúl Córdoba, ha destacado la necesidad de «evaluar el riesgo que tiene el paciente de desarrollar complicaciones a causa de los tratamientos antitumorales», para lo que se debe «optimizar» el control de los factores de riesgo y de la posible cardiopatía existente, todo ello a través de estrategias personalizadas de prevención y vigilancia del tratamiento.
«Necesitamos mejorar nuestro conocimiento sobre los mecanismos de toxicidad cardiovascular para facilitar estrategias de prevención personalizadas», ha añadido el director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares y cardiólogo de la Fundación Jiménez Díaz, el doctor Borja Ibáñez.
A pesar de que los equipos de cardio-oncología ya realizan una valoración completa antes de realizar los tratamientos, han insistido tanto en la necesidad de una vigilancia «más estrecha» como en llevar un estilo de vida «cardiosaludable», de forma que se pueda prevenir la cardiotoxicidad, y en el que se incluye la abstinencia del alcohol y el tabaco, la realización de ejercicio físico regular y llevar una dieta mediterránea.