Felipe VI conoce todas las singularidades del ejercicio aéreo SIRIO 24, que simula las fases de combate en una misión


LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 30

El Rey Felipe VI ha viajado este miércoles, 30 de octubre, hasta la Base Aérea de Gando, en la isla de Gran Canaria, para asistir al ejercicio SIRIO 2024, que lleva a cabo el Ejército del Aire y del Espacio, pudiendo conocer todas las singularidades de esta práctica en la que se simulan las fases de combate durante una misión que se desarrolla entre un tiempo de paz y progresa hasta la situación de hostilidad.

Felipe VI ha llegado a primera hora de este miércoles a la Base Aérea de Gando donde, acompañado por el Jefe del Estado Mayor del Aire, el teniente general del Ejército del Aire y del Espacio, Francisco Braco Carbó, ha asistido a un piquete de honores y posteriormente a un briefing donde se le ha explicado todo el proceso de SIRIO 24, que se realiza desde el 21 de octubre y concluirá el día 31 del mismo mes.

En el briefing, el Rey ha podido conocer que este ejercicio, el más importante para el Ejército del Aire, ha desplegado a unos 1.500 aviadores y 35 aernoaves pertenecientes al Ala 11, Ala 12, Ala 14, Ala 15, Ala 23, Ala 31, Ala 35, Ala 46, Ala 48, CINTAER, EADA, EDHEA, EZAPAC, GRUALERCON, GRUCEMAC, GRUMOCA, GRUNOMAC, SEADA y a la Escuadrilla Plus Ultra de la Guardia Real.

Asimismo junto a ellos participan miembros del Ejército de Tierra, de la Armada Española y de la Fuerza Aérea Portuguesa, pertenecientes al 201/301 Fighter Squadron (F-16M).

Todo ello para adiestrar a los pilotos ante una situación de combate que en este ejercicio simula un conflicto entre Feroxia y Bluceronia por el control de asentamientos submarinos con grandes recursos de minerales de tierras raras, reclamando un derecho histórico sobre el asentamiento.

Ante este panorama, el Ejército del Aire ha dividido el espacio aéreo que ha utilizado para ello en tres zonas, tanto la D-79, que es la que emplean para ejercicios aéreos, como un espacio segregado en las islas de Lanzarote y Fuerteventura, lo que implica que «no» puede operar ningún tipo de tráfico aéreo, según ha explicado el comandante Alejandro Talavera.

Una vez establecido los espacios aéreos, agregó, la ejecución del ejercicio tenía cuatro fases, que iban desde la programación, pasando por su evolución, desarrollo y repliegue de las unidades participantes. En el proceso de desarrollo del SIRIO 24 la Base Área de Torrejón (Madrid), Centro de Inteligencia y Targeting Aeroespacial, junto al Ala 23 (Badajoz) se han centrado en el análisis, distribución y recuperación de los datos que se obtienen de este ejercicio.

Durante el periodo del ejercicio, matizó el comandante Talavera, el Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo (SAR) del Ala 46, con base en Gando, tiene que reducir «su tiempo de reacción» para encontrarse en el aire en el «menor tiempo posible, siendo este de 30 minutos».

Asimismo expuso que en el ejercicio se han realizado 38 salidas de las 40 que estaban programadas, no pudiendo hacer dos por mantenimiento de las aeronaves, así como se han completado 600 horas de vuelo, y se ha implementado en la misión el MPDS, que es un proyecto de transferencia digital del Ejército del Aire, entre otras incorporaciones de nuevas capacidades y las sinergias con ejércitos de diferentes países como en este caso el portugués.

«EL COMBATE AÉREO ES ABSOLUTAMENTE QUIRÚRGICO»

Por su parte, el teniente coronel del Ala 11 (Base Aérea de Morón, en Sevilla), Alberto Calvo, ha indicado que el combate aéreo es «absolutamente quirúrgico», ya que cada acción que se realiza está «medida al milímetro».

En este sentido, ha subrayado que es «absolutamente inaceptable» que una bomba caiga varios kilómetros fuera de donde estaba determinado porque su desvío puede llevar a que explote en zonas sensibles. «No es posible cometer errores», apuntilló, para subrayar que la guerra y el entrenamiento de los aviadores «es caro y complejo».

Y es en este cometido de «no» tener errores ante una posible situación de hostilidad es por lo que se realizan este tipo de ejercicios de adiestramiento, en el que el teniente coronel Calvo ha explicado una situación de trabajo en el marco de la identificación visual de aeronaves en un espacio aéreo.

Añadió que aunque la identificación visual de la aeronave se realice muchas veces, «no siempre» es declarable enemigo, pero el objetivo es que «ningún avión pase inadvertido».

En este sentido, indicó que en las guerras actuales los aviones están combatiendo «a veces» a 80 kilómetros de distancia, ya que disponen de otros medios como radares, que les aportan información y no es necesario el acercamiento entre aeronaves, así como el lanzamiento de misiles que vuelan de forma guiada tras ser lanzados desde una avión.

Así la «clave», puntualizó, es «guiar a cada uno de los aviones» en su cometido en el aire.

El ejercicio SIRIO 24 llega a su fin y, si bien el teniente coronel Calvo admitió que los aviadores son humanos, por lo que «no están exentos de errores», están permanentemente corrigiendo cosas porque en el aire se mueven en altitudes «hostiles», con muchos aviones, líderes de misión, así que «no es posible cometer errores».

El Rey ha podido seguir cómo se realizaba el ejercicio desde el Centro del Grupo de Alerta y Control del Ejército del Aire, Grualercon, tras visitar algunas de las aeronaves empleadas, entre las que se encuentran los F-18.

De todos modos Felipe VI ha cambiado la planificación prevista inicialmente para dar a los periodistas una declaración ante las consecuencias de la DANA en zonas de la Comunidad Valencia, Castilla La Mancha y Andalucía.

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