Un especialista destaca la importancia de la rehabilitación cognitiva tras un ictus


El jefe del servicio del Servicio de Neurología del Hospital Universitario La Luz, el doctor David Pérez, ha destacado la importancia de la rehabilitación cognitiva tras sufrir un accidente cerebrovascular, por lo que ha considerado «fundamental» el trabajo del neurólogo de cara a una mejor recuperación tanto a nivel funcional como de autonomía de los pacientes.

«Una vez superada la fase crítica, el trabajo del neurólogo se vuelve fundamental en la identificación y manejo de las secuelas cognitivas y motoras que a menudo surgen tras un ictus», ha indicado Pérez, según un comunicado del Hospital Universitario La Luz.

En ese sentido, ha resaltado que la realización de evaluaciones periódicas durante un seguimiento a largo plazo permite ajustar las terapias a la evolución del paciente, logrando una mayor optimización de los resultados de la rehabilitación.

Pérez también ha afirmado que para implementar una buena estrategia de rehabilitación es necesario realizar una detección precoz y un diagnóstico temprano del ictus, lo que podría evitar una discapacidad severa.

«El ictus es una emergencia médica que requiere atención inmediata para minimizar el daño cerebral y mejorar las posibilidades de recuperación; por ello, la identificación temprana de los signos y síntomas, junto con un tratamiento rápido, son fundamentales para reducir las secuelas y mejorar el pronóstico del paciente», ha señalado.

Los síntomas más comunes, como la pérdida de fuerza en el brazo o la pierna de un lado del cuerpo, la dificultad para hablar o comprender, la pérdida de visión en uno o ambos ojos y el dolor de cabeza intenso, suelen «aparecer de manera súbita» y sin causa aparente, razón por la que el nivel de concienciación de la población sobre los síntomas es «vital» para lograr una identificación temprana.

«El ictus no solo afecta a las personas mayores. Puede presentarse en adultos jóvenes e incluso en niños, por lo que es vital que todos estemos informados sobre los factores de riesgo y síntomas de alarma», ha añadido.

Sin embargo, ha insistido en que su objetivo no solo es «tratar el ictus en su fase aguda», sino que se pretende «acompañar al paciente en su proceso de recuperación para que pueda reintegrarse plenamente a su vida cotidiana».

Para prevenir los riesgos de sufrir un ictus, el especialista ha recomendado «mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco, y controlar factores como la hipertensión, el colesterol y la diabetes».

El ictus, principal causa de discapacidad en adultos y segunda causa de mortalidad, es una afección que ocurre cuando se interrumpe el flujo de sangre a una parte del cerebro, ya sea por la obstrucción de una arteria o por la rotura de un vaso sanguíneo, provocando la muerte de las células cerebrales en ese área. Hasta el 60 por ciento de las personas que han pasado por un ictus agudo pueden llegar a desarrollar secuelas cognitivas como problemas de memoria, atención o lenguaje.

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