La investigación del descarrilamiento confirma que el tren fue «a la deriva y a gran velocidad» durante 4 km


El informe preliminar del accidente que tuvo lugar el pasado sábado en Madrid por el cual un tren de Renfe sin pasajeros descarriló en torno a las 17.00 horas de la tarde ha confirmado que el convoy fue «a la deriva y a gran velocidad» durante más de 4 kilómetros.

La Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAB) ya ha publicado el expediente que estudiará este accidente, en el que explica de forma resumida los acontecimientos que tuvieron lugar en este túnel de alta velocidad que une Chamartín y Atocha.

Se trata del tren 97015, que partió de La Sagra (Toledo) con destino a los talleres de Fuencarral (Madrid). Estaba formado por dos unidades del tren regional de alta velocidad serie 114, la primera remolcando a la segunda –que estaba averiada–, con una tripulación formada por un maquinista y dos técnicos de mantenimiento.

El tren circuló por el túnel de alta velocidad de Atocha a Chamartín, pero a la entrada de la estación de Chamartín la unidad de cabeza (remolcadora) sufrió un fallo de tracción que le impidió subir la rampa de entrada a la estación (de unas 30 milésimas).

Para superar la rampa, el maquinista y el puesto de mando acordaron que el tren retrocediese para tomar impulso desde un tramo más llano. Mientras se preparaba esta maniobra, la unidad de tren averiada (la remolcada) se soltó de su enganche y comenzó a derivar túnel abajo sin frenos, sin batería y con los dos técnicos a bordo.

Después de más de cuatro kilómetros de deriva por el túnel (con pendientes de entre 12 y 30 milésimas), la unidad llegó a gran velocidad al puesto de banalización de Jardín Botánico, donde fue cambiada de la vía 1 a la 2, por lo que, en la siguiente curva tras el cambio de vía, la unidad descarriló y se salió por la tangente, chocando contra el muro del túnel.

Los tres primeros coches de la unidad (en el sentido de la deriva) volcaron, mientras que el cuarto permaneció descarrilado, pero en posición vertical. Tras deslizarse una cierta distancia perdiendo velocidad, la unidad se detuvo aproximadamente en el punto kilométrico 7,000.

«Los dos técnicos de mantenimiento que iban a bordo del tren pudieron escapar sanos y salvos después de que éste se detuviera. No hubo víctimas mortales ni heridos graves, pero sí daños serios, tanto en la unidad accidentada como en la infraestructura del túnel», apunta el informe.

Este suceso entra en la categoría de accidente grave con arreglo a la normativa reguladora de la investigación de accidentes ferroviarios, por la cuantía de los daños producidos y su efecto en la gestión de la seguridad.

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