La terapia robótica en pacientes con demencia mejora su condición y reduce el consumo de medicamentos


SALAMANCA, 24

La terapia robótica en pacientes con demencia mejora las condiciones fisiológicas y psicológicas de los pacientes, la interacción social entre usuarios y reduce el consumo de medicamentos.

Son las principales conclusiones del estudio Efectividad y coste efectividad de la terapia robótica con el robot PARO en personas con demencia: ensayo clínico multicéntrico controlado aleatorizado que se ha presentado hoy en el Centro de Referencia Estatal de atención a personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias del Imserso en Salamanca, tal y como ha señalado el investigador del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Japón e inventor de la foca robótica PARO, Takanori Shibata.

Por su parte, el responsable de investigación del Centro de Referencia estatal de atención a personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias, Enrique Pérez Sáez, ha confirmado que, en España, el estudio con la foca robótica Paro empezó hace dos años y han participado más de 100 personas de 15 centros residenciales.

Los resultados muestran que ha habido «cierta mejoría» en la calidad de vida de las personas que han recibido la intervención con la foca robótica». Según Pérez, la foca Paro «mejora el bienestar de las personas que interactúan con él durante las sesiones y eso creemos que es algo positivo, aunque no hemos conseguido un efecto a largo plazo tan claro como esperábamos».

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han utilizado «una serie de cuestionarios que se realizan a los cuidadores», además de «las propias personas con demencia».

El robot, como ha señalado Pérez, «tiene una serie de sensores y una inteligencia artificial que le permite responder de alguna forma como si se tratara un animal vivo, salvando las enormes distancias que hay, pero interacciona con las personas».

«De este modo, si le acaricias hace un gesto o un sonido de agrado, si haces algo que no le guste como tocarle los bigotes o pegarle, pues hace un gesto de desagrado. También es capaz de dirigir la atención a la persona que le está hablando, incluso responde a las variaciones de luz o de sonido que hay. De esa manera responde a nuestra interacción con él parecido a como lo haría algún animal», ha detallado.

Desde el Centro Estatal han puntualizado, además, que los resultados de la investigación, realizada con la colaboración de 15 centros asistenciales de toda España y en el que participaron 123 personas con demencia, indican que la intervención con Paro fue muy bien recibida por los participantes, quienes mostraron un alto grado de implicación y emociones positivas durante las sesiones de terapia.

Además, tras la intervención, se observó una mejora en su calidad de vida y una reducción de la apatía, efectos que se mantuvieron durante al menos tres meses.

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