MSF alerta de que la mortalidad materno-infantil alcanza tasas alarmantes en Darfur Sur, en Sudán
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha revelado en un informe que el estado de Darfur Sur, en el suroeste de Sudán, ha alcanzado uno de los peores índices de salud materno-infantil del mundo, con una tasa de desnutrición infantil «muy por encima de los umbrales de emergencia» y con una cifra de fallecimiento de mujeres embarazadas «sin precedentes».
«Esta es una crisis como ninguna otra que haya visto en mi carrera», ha afirmado la médica Gillian Burkhard, responsable de actividades de salud sexual y reproductiva de MSF en la ciudad de Nyala, al añadir que «se están produciendo simultáneamente múltiples emergencias sanitarias y ni la ONU ni otros organismos internacionales están respondiendo adecuadamente».
«Los recién nacidos, las mujeres embarazadas y las madres primerizas mueren en cifras alarmantes por complicaciones que podrían prevenirse con una atención básica», ha denunciado la doctora.
NIÑOS «AL BORDE DE LA MUERTE Y LA INANICIÓN»
Según datos que ha arrojado en el informe Llevados al olvido: Las consecuencias del conflicto y el abandono en la salud de madres e hijos en Darfur Sur , entre enero y agosto de 2024, el número de muertes maternas notificadas en dos de los centros apoyados por MFS en Darfur Sur fue superior al registrado en todos los países de Europa Occidental en un año.
Además, las cifras en dicho periodo han superado en un 7 por ciento al total de fallecimientos maternos que se produjeron en 2023 en todas las instalaciones de MSF alrededor del mundo.
Miles de niños, han lamentado, están «al borde de la muerte y la inanición». «En agosto, MSF hizo pruebas de desnutrición a 30.000 niños menores de dos años en Darfur del Sur. Los resultados mostraron que el 32,5 por ciento sufría desnutrición aguda», y el 8,1 por ciento se encontraban «gravemente desnutridos».
En total, ha detallado MSF, en los primeros ocho meses del año se han reportado 46 muertes en dos hospitales del estado. «De hecho, casi ocho de cada diez fallecimientos se produjeron en las primeras 24 horas tras el ingreso», según han recalcado.
EL IMPACTO DEL CONFLICTO
La ONG ha alertado del «bloqueo y restricciones de acceso a la ayuda por parte de las partes beligerantes y otros grupos armados, lo que empeora aún más la crisis». Un agravante de esta crisis sanitaria, han detallado, es el conflicto armado en el país del noreste de África, «que suscita la escasez de suministros y el desplazamiento forzado de la población, que huye para escapar de la violencia».
Por ello, la ONG ha pedido a los distintos organismos ayuda humanitaria. «Pedimos a los donantes, a la ONU y a las organizaciones internacionales que aumenten urgentemente la financiación de los programas de salud materna y nutrición. Sabemos que Sudán es un lugar difícil para trabajar, pero esperar a que los retos desaparezcan por sí solos no lleva a ninguna parte. Hay que gestionar los riesgos y encontrar soluciones antes de que se pierdan más vidas», ha concluido Burkhard.
Así, han insistido desde la organización, «solo una respuesta internacional coordinada, respaldada por una financiación sólida y presión sobre las partes beligerantes, puede evitar la hambruna masiva y aliviar el sufrimiento de millones de personas».
La guerra estalló el 15 de abril de 2023 tras fuertes discrepancias entre el Ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) sobre la integración del grupo paramilitar en el seno de las Fuerzas Armadas, que hicieron descarrilar el proceso de transición abierto tras el derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir después de 30 años en el poder.
