Valentín Fuster: «Cuando hablamos de IA tiemblo; está muy bien, pero los humanos no somos robots»


El cardiólogo Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y director general del Instituto Cardiovascular del Mount Sinai Fuster Heart Hospital confiesa en una entrevista con Europa Press que al hablar de inteligencia artificial tiembla porque, «aunque está muy bien», los humanos no son robots y teme que se esté perdiendo el contacto con el paciente.

«La Inteligencia Artificial va a ser muy importante en Medicina, para el diagnóstico y los tratamientos, pero no puede sustituir esa relación cercana entre el médico y el paciente. Cuando hablamos de IA yo tiemblo, porque está muy bien por una parte, pero los humanos no somos robots», subraya con motivo de la publicación de su último libro, Siempre adelante (Libros Cúpula).

A su juicio, «la observación clínica o médica del paciente, a todas luces fundamental, se está perdiendo a muchos niveles» y lamenta que «una alta proporción de médicos jóvenes ya no suelen sentarse frente al enfermo y hablar con él, mirarlo e intentar obtener una imagen global de la persona que tiene delante, sino que se enzarzan en realizar un sinfín de pruebas usando las potentes tecnologías que tenemos a nuestro alcance».

De hecho, este investigador de renombre internacional reconoce que «es un problema» el hecho de que los médicos jóvenes, con tanto conocimiento de las nuevas tecnologías, se hayan olvidado de que «el 50% de lo que se ve en un enfermo cardiaco con unos síntomas determinados, tiene detrás una parte psicológica importantísima».

Cuenta que realizó un estudio con el psiquiatra Luis Rojas Marcos en el que se verificaba cómo en 20 pacientes cardiacos, el 50% tenía una parte psicológica importante detrás: «El problema es que no hay tiempo de entrar en el paciente, y la gente joven se mueve con las computadoras y con los datos, pero no con tiempo para hablar con el paciente para saber qué le pasa y por qué».

LA MEDICINA DEL FUTURO

Es una realidad, tal y como justifica el doctor Fuster, e insiste que desde Nueva York trabaja «mucho» para cambiarlo en las guías de atención a los pacientes. «Pero todo el péndulo se mueve de un sitio a otro, y la Medicina se va a mover a una medicina en casa, donde se mirarán todos los aspectos de la salud y se transmitirán a una central. Entonces, el médico o sistema de salud visitará al enfermo a su casa, tendrá mucha importancia psicológica, y tal vez sea el contrapunto de una medicina nueva, que no es medicina de urgencia, pero que se hará a un nivel familiar. Es el futuro», vaticina el director del CNIC.

Pero en el libro lamenta que en España sigue existiendo una dicotomía entre la investigación clínica o aplicada al paciente, y la básica, donde muchos investigadores permanecen recluidos en sus laboratorios sin tener contacto con los pacientes.

El doctor Fuster, preguntado por esta cuestión, subraya que el CNIC precisamente intenta resolver esa dicotomía, y facilitar una comunicación fluida entre las dos áreas. Después, señala, habría un segundo aspecto, que es la medicina de investigación público-privada, que no existía en España: «El CNIC es un centro público del estado, y al mismo tiempo, es un centro donde tenemos un soporte económico para la educación de gente joven que quieran ser investigadores y tener la investigación más moderna. Esto es el CNIC».

EN ESPAÑA HAY TALENTO INVESTIGADOR

Aquí reivindica el doctor Fuster que España es un «país de personas con mucho talento investigador», y que esta institución científica trata de sacarlo a adelante, y dar la posibilidad a estas personas de trabajar en Ciencia.

«España es un país con mucho talento, contrario a lo que mucha gente piensa, y con el CNIC hemos intentado tomar ventaja, intentar unir la Medicina básica y la clínica, y hacer una empresa público-privada; y ahí está el éxito, un sistema en el que no es fácil de entrar, pero sí lo hacen quienes tienen talento para la investigación, con lo cual no puede entrar cualquiera», mantiene Valentín Fuster.

¿LOS ESPAÑOLES CUIDAMOS DE NUESTRO CORAZÓN?

Por otro lado y preguntado sobre si los españoles cuidamos de nuestro corazón, este cardiólogo remarca que la clave en muchos casos se encuentra en el estilo de vida de las personas, pero especialmente en su dieta: «Los españoles son iguales que los suecos. El hecho de que se hable que seamos distintos hay muy poca distinción. Sí es verdad que hay países como España, o en Escocia, donde se vive más tiempo, pero hay que mirar la alimentación de estos países. No hay ninguna diversidad importante por la que los españoles seamos especiales. No lo somos, pero aquí el tipo de dieta es más sana, que la que tienen en otros países del norte de Europa».

Es más, remarca el director del CNIC de que en una unidad de cuidados intensivos si llegan dos personas con un infarto de miocardio, siendo uno el presidente de un país, y el otro una persona sin hogar, a efectos de enfermedad ambos son iguales.

«Todos los humanos somos iguales en el momento en el que entramos en la enfermedad», subraya. Su último libro publicado se titula precisamente Siempre adelante , y tal y como confiesa esto es en parte porque en Estados Unidos le conocen como Mr Move on (Señor, venga, adelante), una calificación que se ha convertido en parte en su lema porque, según insiste, «la vida está llena de obstáculos», «hay muchos fracasos personales y decepciones en la vida», y está en la mano de cada uno el cómo afrontarlo, un mensaje que quiere transmitir a los más jóvenes con su último manual.

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