Armengol dice que la desinformación es uno de los problemas «más grandes» de la democracia y apela a la responsabilidad
La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha sostenido que la desinformación es uno de los problemas «más grandes» de la democracia y ha llamado a la responsabilidad y al compromiso colectivo para que los ciudadanos no pierdan su confianza en las instituciones.
Así se ha expresado Armengol este lunes durante su intervención en el acto de clausura de la II Jornada contra la Desinformación que ha acogido el Ateneo de Madrid y en el que también ha participado previamente el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López.
La presidenta del Congreso se ha centrado en la campaña de las elecciones presidenciales de Estados Unidos que, según ha indicado, «condicionan el tablero político internacional y con ello la vida de millones de personas en todo el mundo».
Al hilo, ha cargado contra las «mentiras» y «bulos» proferidos por parte del candidato republicano Donald Trump alertando de que son las primeras elecciones en las que hay que enfrentarse a la inteligencia artificial generativa, promotora de la técnica del deepfake , que genera imágenes, audios y vídeos falsos que «erosionan la realidad hasta el punto de que la gente ya no puede creer en lo que ve».
En este sentido, ha alertado de que este hecho puede condicionar unas elecciones y la ciudadanía puede cambiar su voto si es «engañada», por tanto, «la democracia no triunfa». «Triunfa la mentira y la estafa a la ciudadanía y eso es muy malo», ha señalado.
«¿Podemos mirar hacia Estados Unidos y decir que aquí, en España, estamos libres de esa manipulación, de esa distorsión informativa? ¿Podemos decir que nuestra sociedad no se encuentra dividida, polarizada y que confía plenamente en las instituciones, en los gobiernos, en los partidos políticos, en sus dirigentes y en los medios de comunicación? No podemos decirlo», ha contestado.
Dicho esto, ha llamado a la responsabilidad y al compromiso colectivo que la ciudadanía y los políticos deben asumir «de forma férrea» para que los ciudadanos no pierdan la confianza en las instituciones ni en la política ni en los medios de comunicación.