El Banco Mundial revisa una décima al alza sus previsiones para América Latina, que crecerá un 1,9% en 2024
América Latina crecerá un 1,9% en 2024, superando levemente las estimaciones divulgadas el pasado junio, del 1,8%, según el informe Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento del Banco Mundial, publicado este miércoles.
En 2025, se prevé que la región crezca un 2,6%. Estas son las tasas más bajas entre todas las regiones del mundo, lo que pone de relieve los cuellos de botella estructurales persistentes.
Para acelerar el crecimiento, la región debe aprovechar el impulso actual, según ha apuntado el organismo internacional. Se espera que la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducir las tasas de interés brinde cierto alivio.
El control de la inflación es otro avance positivo, gracias a la gestión macroeconómica eficaz de la región. Brasil y Perú están en camino de cumplir sus metas de inflación en 2024, y se espera que otras economías importantes sigan su ejemplo poco después.
MOMENTO PARA LAS INVERSIONES
El informe destaca que tanto las inversiones públicas como las privadas en América Latina siguen siendo bajas y que la región no está aprovechando plenamente las oportunidades de nearshoring.
Los niveles de inversión extranjera directa (IED) son inferiores a los de hace 13 años en términos reales, y los anuncios de inversiones en nuevas áreas favorecen a otras regiones. A pesar de los salarios competitivos en comparación con China y otros destinos, los altos costos de capital, los sistemas educativos débiles, la energía y la infraestructura deficientes y la inestabilidad social reducen el atractivo de la región como destino de nearshoring.
«La región ha avanzado en el manejo de la inflación y la estabilización de su entorno macroeconómico. Este es un momento crucial para aprovechar estos logros con el fin de atraer las inversiones necesarias para el desarrollo sostenible y empoderar a la región para que pueda salir de este ciclo de bajo crecimiento», ha afirmado el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo.
Para aprovechar las grandes ventanas de oportunidad de América Latina, la transición verde y el movimiento de nearshoring, se requieren reformas estructurales en todos los ámbitos para que la región sea más productiva y competitiva. Esto requerirá generar más espacio fiscal, mejorar la eficacia del gobierno y reducir la carga tributaria sobre los sectores productivos.