El BCE avisa de posibles multas a las entidades que incumplen la gestión del riesgo climático
El Banco Central Europeo (BCE) está avisando de la posibilidad de imponer multas periódicas a las entidades que no han cumplido aún con los requisitos para la incorporación de los riesgos relacionados con el clima y la naturaleza en su gobernanza, estrategia y gestión de riesgos, según ha indicado el representante holandés en el directorio de la institución, Frank Elderson.
En un acto celebrado este viernes en Ámsterdam, el ejecutivo del BCE ha indicado que «un pequeño grupo de casos atípicos», donde aún faltan elementos fundamentales para la gestión adecuada de los riesgos relacionados con el clima y la naturaleza, está recibiendo «decisiones supervisoras vinculantes que describen la posibilidad de pagos periódicos de multas si no cumplen con los requisitos a tiempo».
Esta acción punitiva por parte del supervisor bancario se suma a la iniciada anteriormente respecto de 22 entidades que no realizaron de manera satisfactoria una evaluación del impacto de los riesgos climáticos en sus carteras y a las que se advirtió de que si no subsanaban sus deficiencias antes de una fecha determinada, incurrirían en una multa periódica por cada día que el banco siguiera incumpliendo el requisito.
«Es alentador que la mayoría de los bancos ya hayan presentado una evaluación de materialidad significativa, lo que demuestra que nuestros esfuerzos de supervisión han sido eficaces en casi todos los casos», ha destacado Elderson, añadiendo que, en el caso de los bancos en los que no se ha cumplido este requisito, «el proceso está en curso para determinar si se aplicarán sanciones».
Asimismo, el holandés avisa de que el BCE procederá exactamente de la misma manera con respecto a la exigencia fijada para final de 2024, cuando espera que las prácticas de gestión de riesgos de los bancos garanticen una gestión sólida de los riesgos relacionados con el clima en todas las áreas de las expectativas supervisoras.
«Los bancos tendrán que seguir actualizando sus prácticas de acuerdo con los avances en la disponibilidad de datos, las metodologías y los requisitos legislativos y regulatorios», explica el holandés, advirtiendo de que, para lograrlo, el BCE utilizará, siempre de manera proporcionada, todos los instrumentos de supervisión a su disposición.
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Por otro lado, el representante del BCE ha indicado que, en el marco de las acciones para abordar los objetivos de neutralidad climática de la UE, cuando la institución deba elegir entre dos instrumentos igualmente propicios para mantener la estabilidad de precios estará legalmente obligada a apostar por el que mejor respalde las políticas económicas generales de la UE.
«Esto implica que, siempre que ajustemos la calibración de nuestros instrumentos, debemos elegir la opción que respalde nuestra senda de descarbonización, a menos que nuestra evaluación de proporcionalidad muestre que existen otras formas menos intrusivas de lograr la estabilidad de precios», ha explicado.
De tal modo, si en el futuro existe una necesidad de política monetaria de reconsiderar las operaciones de refinanciación a largo plazo específicas (TLTRO) para los bancos «hay razones convincentes para considerar seriamente la posibilidad de hacer más ecológicas estas TLTRO».
Después de todo, Elderson recuerda que el BCE ha adoptado en el pasado un enfoque similar al incorporar consideraciones de estabilidad financiera en el diseño de sus instrumentos, por lo que se pueden considerar estrategias de focalización para apoyar los préstamos verdes o excluir los préstamos no verdes en el futuro, siempre que se pueda encontrar un proceso de validación eficiente.
Asimismo, considera que, cuando no hay una justificación clara de política monetaria para preferir los bonos soberanos nacionales, el BCE debería contemplar la posibilidad de aumentar la proporción de bonos supranacionales de la UE en sus tenencias totales de bonos para minimizar los posibles riesgos climáticos y para alinear mejor el balance de la institución con las políticas económicas generales de la UE.
«Esto sería relevante si tuviéramos que considerar nuevas compras de bonos en el futuro. Pero también es relevante para la composición de la cartera de bonos estructurales que formará parte de nuestro nuevo marco operativo, como se anunció a principios de este año», ha apostillado.