Hospital Ruber Internacional interviene con éxito a una niña de Burundi con una grave malformación congénita


El Hospital Ruber Internacional de Madrid realizó con éxito el pasado 21 de septiembre una intervención quirúrgica a una niña de Burundi con una grave malformación congénita, cuya situación fue detectada por los miembros de la Fundación Kyrikú, que trabaja en el país africano.

«El caso de Delicia era especialmente grave, ya que, a pesar de llevar una vida relativamente normal en su entorno, tenía una condición (encefalocele) en la que parte de su cerebro se salía del cráneo, lo que la ponía en constante riesgo de muerte. Sin embargo, por desconocimiento, su familia no percibía ese riesgo», ha explicado la patrona de la Fundación Kyrukú y coordinadora del proyecto de Delicia, Patricia Sendagorta.

Tras constatar que no iba a ser posible operar a Delicia con los medios disponibles en el país por la severidad de su malformación, la Fundación Kyrikú coordinó la intervención de la niña en España. La evolución de la paciente está siendo muy satisfactoria y esta misma semana está previsto que sea dada de alta.

A cargo del procedimiento han estado el jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital Quirónsalud Sur y del Hospital Universitario de Toledo, Francisco González-Llanos Fernández de Mesa, y el jefe de equipo y coordinador del Programa de Cirugía Completa de la Órbita y Oculoplastia Recostructiva del Hospital Ruber Internacional, César Colmenero.

El procedimiento quirúrgico fue complejo y se desarrolló en varias fases, como ha explicado González-Llanos. «La primera parte fue abrir la piel y quitar hueso para exponer ese encefalocele. La segunda fue la reconstrucción de lo que era el encefalocele, y una tercera parte final fue la reconstrucción de las órbitas para conseguir el mejor resultado funcional y estético».

Por su parte, Colmenero ha descrito la parte reconstructiva del proceso, que implicó una delicada operación para realinear las órbitas de Delicia y reconstruir la nariz, que estaba severamente afectada. «El objetivo era tanto funcional como estético. Se emplearon injertos óseos y una malla de titanio para lograr una reconstrucción que le permita llevar una vida completamente normal», ha aseverado el especialista.

Pese a la complejidad del caso, la intervención finalizó con éxito, la evolución es buena y el pronóstico es también positivo, puesto que la niña no tendrá secuelas neurológicas más allá de la pérdida del sentido del olfato, su visión se ha corregido y es esperable que tenga un buen resultado tanto funcional como estético.

Delicia regresará a Burundi una vez que los médicos confirmen que no hay complicaciones postoperatorias. Durante este tiempo, estará bajo el cuidado de una familia voluntaria en Madrid. Cuando esté de nuevo en casa con sus padres y sus dos hermanos, miembros de la Fundación Kyrikú continuarán pendientes de su recuperación a través de revisiones en consulta y de visitas periódicas a Burundi.

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