La adición de un agente inmunoestimulante a una vacuna potencia las defensas inmunitarias contra tumores cerebrales
Investigadores del Centro Oncológico Integral Jonsson de la Universidad de California (UCLA), en Estados Unidos, han descubierto un tratamiento inmunoterápico combinado que mejora la respuesta inmunitaria de los pacientes con gliomas malignos, un tipo agresivo de tumor cerebral de crecimiento rápido y difícil tratamiento.
El estudio, publicado en Nature Communications , descubrió que la combinación de una vacuna personalizada de células dendríticas con la sustancia inmunoestimulante poly-ICLC potencia la respuesta inmunitaria y la actividad de las células T en pacientes con glioma maligno, y mejora la capacidad de las células dendríticas para combatir el tumor cerebral con mayor eficacia que la vacuna por sí sola.
«El tratamiento de los gliomas malignos es muy complejo y, debido a la naturaleza infiltrante de estos tumores y a su localización en el cerebro, estos pacientes suelen tener un mal pronóstico», ha afirmado el catedrático de Farmacología Molecular y Médica y de Neurocirugía de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA, y coautor principal del estudio, Robert Prins.
«Al mejorar la potencia de la vacuna, esperamos que pueda inducir respuestas inmunitarias antitumorales más eficaces en pacientes diagnosticados de gliomas malignos», ha añadido Prins.
La vacuna de células dendríticas, desarrollada por primera vez en la UCLA, utiliza los propios glóbulos blancos de una persona para ayudar a activar el sistema inmunitario para combatir el cáncer. Las células dendríticas suelen alertar al sistema inmunitario cuando detecta un invasor extraño.
La vacuna funciona combinando antígenos proteicos de tumores cerebrales procedentes de tumores extirpados quirúrgicamente con células inmunitarias dendríticas generadas a partir de la propia sangre del paciente. Las células dendríticas entrenan al sistema inmunitario para reconocer los antígenos tumorales, de modo que cuando se inyectan de nuevo en el paciente, el sistema inmunitario se educa para reconocer y atacar las células tumorales.
Aunque la vacuna ha demostrado ser prometedora en el tratamiento de pacientes con gliomas malignos, el tratamiento no funciona para todo el mundo.
AÑADIERON AGONISTAS A LA VACUNA
Para amplificar aún más la respuesta inmunitaria antitumoral, los investigadores estudiaron la posibilidad de añadir a la vacuna agonistas de los receptores tipo Toll (TLR). Los agonistas TLR se unen y activan una familia de receptores evolutivamente conservados expresados por las células dendríticas y los macrófagos para ayudar a alertar al sistema inmunitario de la presencia de patógenos extraños.
Al activar estos TLR en las células dendríticas, el equipo de la UCLA teorizó que la combinación podría entonces aumentar la frecuencia y la infiltración de células T específicas antitumorales, reduciendo al mismo tiempo la capacidad supresora del microambiente tumoral.
En concreto, el equipo estudió dos agonistas de TLR distintos -el poly-ICLC y el resiquimod- para ver cuál sería más seguro y eficaz en combinación con la vacuna.
El equipo reclutó a 23 pacientes, con edades comprendidas entre los 26 y los 72 años, con glioma de grado III-IV de la OMS que fueron aleatorizados para recibir poli-ICLC, resiquimod o placebo, además de la vacuna de DC personalizada.
Descubrieron que el poli-ICLC demostró una eficacia superior, desencadenando una respuesta inmunitaria más fuerte en comparación con el resiquimod o la vacuna sola. Los investigadores observaron un notable aumento de la actividad de los genes del interferón y alteraciones sustanciales en el comportamiento de las células inmunitarias, indicativas de una mayor actividad antitumoral.
Los investigadores también descubrieron que la respuesta estaba vinculada específicamente al interferón, una proteína que desempeña un papel clave en la defensa del organismo contra los agentes patógenos y que se puede medir en la sangre periférica del paciente. Cuanto mayor era la respuesta al interferón tras el tratamiento, más tiempo sobrevivían los pacientes.
Aunque esta asociación fue estadísticamente significativa y sugiere una posible relación entre este tratamiento y la mejora de las tasas de supervivencia, el estudio no se diseñó originalmente para medir las tasas de supervivencia de este tratamiento. Por ello, los autores insistieron en la necesidad de ser cautos en cuanto a los verdaderos beneficios clínicos de este tratamiento combinado.
«Si nuevos estudios confirman la relación entre la activación sistémica del interferón y las tasas de supervivencia de los pacientes con glioma maligno, podríamos utilizar la activación del interferón como biomarcador», ha afirmado el profesor adjunto de medicina en la división de dermatología de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA y coautor del estudio, Willy Hugo.
«Esto significa que podríamos examinar a los pacientes para detectar esta respuesta inmunitaria específica y, si es fuerte, sabemos que es probable que respondan bien a la terapia combinada de agonista TLR y vacuna de células dendríticas», ha añadido Hugo.