Sanidad trabaja en una guía de reducción de la medicación psicotrópica para abordar la «sobreutilización»
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha anunciado que el Comisionado de Salud Mental del Ministerio de Sanidad, en colaboración con GuíaSalud, está trabajando en el desarrollo de una guía de deprescripción de psicofármacos para reducir el consumo de psicotrópicos, a fin de abordar la «sobreutilización».
«Esta guía será una herramienta fundamental para profesionales sanitarios y la población en general», ha detallado García, en el marco de su comparecencia en la Comisión Mixta de Adicciones, que se ha celebrado este lunes en el Congreso de los Diputados.
El objetivo principal de este documento es establecer «pautas claras» para reducir o eliminar gradualmente la medicación psicotrópica cuando ya no sea necesaria. Tratará específicamente la dificultad de discontinuar ciertos psicofármacos debido a los efectos de abstinencia que pueden generar, así como la necesidad de una supervisión y un acompañamiento durante este proceso.
«Al proporcionar una guía integral, buscamos abordar la sobreutilización y los riesgos asociados con el uso prolongado de psicofármacos», ha incidido García. La meta es mejorar «la seguridad, la calidad de vida y la autonomía de los pacientes».
Según la ministra, es necesario «cambiar el enfoque paulatinamente» hacia una prescripción de tipo social para ofrecer respuestas de salud más ajustadas al problema. También ha hecho hincapié en que este enfoque es «especialmente relevante» en el caso de los jóvenes y adolescentes, quienes están experimentando un aumento «significativo» en la prescripción de psicofármacos y perciben su consumo «con una naturalidad creciente».
En su discurso, la ministra ha destacado que se trata de un problema de «salud global» que requiere una «atención urgente y acción decidida». «Esta tendencia está alcanzando proporciones alarmantes, y es crucial que reconozcamos su impacto en nuestra sociedad», ha señalado.
«Nos enfrentamos a una cultura del individualismo que ha transformado el sufrimiento humano en enfermedad, y la respuesta ha sido medicarlo ante la falta de tiempo y alternativas», ha proclamado.
Así, García ha asegurado que se prescriben suficientes antidepresivos y ansiolíticos para tratar al 20 por ciento de la población mayor de 40 años durante un año. «Sin embargo, ¿cuál es el resultado? ¿Más salud? ¿Menos tristeza? La realidad es que no», ha abundado García.
LAS PERSONAS MÁS AFECTADAS PERTENECEN A LAS CLASES MÁS BAJAS
Además, ha reiterado que las personas más afectadas por este problema son «aquellas que pertenecen a las clases bajas, donde la precariedad y los eventos adversos se acumulan». Ha detallado que la prevalencia de la toma de antidepresivos es 8 veces superior en rentas bajas que en rentas altas.
«Si eres mujer, trabajas 12 horas en hostelería y tienes que sacar adelante sola a dos hijos, es probable que duermas peor y tengas menos recursos para repararte psíquicamente que una persona acomodada, con tiempo, recursos económicos para conciliar, etc. El diagnóstico de depresión es el mismo, pero las causas y las soluciones dependen del código postal», ha defendido.
Por eso, ha insistido en la importancia de «poner el foco en abordar las situaciones sociales y adversas de la vida que generan ese malestar psíquico». Así, ha proseguido, es «más probable» que, en un barrio desfavorecido, se acaben consumiendo psicofármacos porque no «hay otra opción» ni «otras herramientas para repararse» que sí tienen clases altas.