Expertos advierten sobre los peligros del uso no regulado de plasmapen en tratamientos de la piel
En los últimos tiempos, el fenómeno de los plasmapen o plumas de fibroblastos ha ganado popularidad en redes sociales, presentándose como una solución para una variedad de afecciones cutáneas, desde arrugas hasta cicatrices de acné, flacidez cutánea, tumores cutáneos benignos como queratosis seborreicas, hiperplasias sebáceas o acrocordones, pero los expertos del Instituto Médico Láser (IML) advierten sobre los riesgos asociados a su uso sin supervisión médica especializada.
Estos dispositivos, similares a bolígrafos con una punta metálica, utilizan un arco de plasma para dañar la piel superficialmente, con la intención de estimular la síntesis de colágeno. El plasma es una especie de «gas ionizado» que se forma al sobrecalentar un gas y que produce una quemadura cuando llega a la superficie de nuestra piel.
Su objetivo es aumentar la síntesis de colágeno que vamos perdiendo con la edad, estimulando a los fibroblastos, que son las células que tenemos en la piel que se encargan, entre otras, de esta función. Pero, aunque el principio parece sencillo es una técnica no exenta de efectos adversos y los resultados prometidos muchas veces no cumplen las expectativas.
La dermatóloga de IML, la doctora Paloma García, explica que esta técnica, si bien se propone como una solución para diversas afecciones cutáneas, carece de evidencia científica sólida y conlleva riesgos potenciales. «Al dañar la epidermis sin llegar de manera efectiva a las capas más profundas de la piel, aumentamos el riesgo de efectos adversos como hiperpigmentación, infecciones e incluso cicatrices», advierte.
Además, destaca que no todos los tratamientos cutáneos son adecuados para todas las personas y tipos de piel. Por ello, destaca la importancia de buscar asesoramiento médico profesional antes de someterse a cualquier procedimiento. «Al final, la piel de cada persona es diferente, y existe multitud de tratamientos que se adaptan a las diferentes necesidades, siempre desde el punto de vista más respetuoso para la piel», añade la doctora García que puntualiza que «cada paciente es único y requiere un enfoque personalizado y seguro».
En este sentido, la dermatóloga de IML explica que aparte del plasmapen existen otros tratamientos de rejuvenecimiento de la piel que buscan aumentar la síntesis de colágeno para mejorar las arrugas finas, la textura y las irregularidades de la piel, respaldadas por una evidencia científica sólida. Es el caso de los láseres de CO2 fraccionados o la radiofrecuencia fraccionada con microagujas, que ofrecen resultados más efectivos y con un riesgo menor de efectos adversos ya que permiten modular los tratamientos y adaptarlos a cada caso concreto.