MSF acusa a Italia de «connivencia» con la Guardia Costera de Libia tras el bloqueo del Geo Barents
Afirma que acudirá a los tribunales tras la detención «injusta y peligrosa» del buque de rescate
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este viernes la imposición de sanciones por parte de las autoridades italianas contra su buque de rescate Geo Barents y ha acusado al Gobierno de Italia de «connivencia sistemática» con la Guardia Costera de Libia tras bloquear la embarcación durante un periodo de 20 días alegando desobediencia y maniobras peligrosas.
«Las acciones de Italia son indignantes», ha subrayado Juan Matías Gil, representante de búsqueda y rescate de MSF. «Las mismas autoridades a las que se nos acusa de desobedecer –los guardacostas libios apoyados por Italia– fueron las que pusieron en peligro la vida de las personas aquel día. Sin embargo, somos nosotros los sancionados simplemente por cumplir con nuestro deber legal de salvar vidas en el mar», ha manifestado en relación con un incidente registrado el pasado sábado frente a Libia y tras el que la ONG denunció maniobras «peligrosas» por parte de los guardacostas locales.
«Esta detención es el último ejemplo de la hipocresía de la Unión Europea y de sus Estados miembro, que hacen todo lo que está en su mano para castigar a quienes participan en actividades de búsqueda y rescate, mientras ellos mismos son cómplices de las violentas devoluciones de miles de personas a Libia cada año», ha denunciado Gil en un comunicado.
«Una y otra vez, las autoridades italianas nos piden que coordinemos los rescates con la Guardia Costera libia, a pesar de saber perfectamente que Libia no es un lugar seguro para refugiados y migrantes y que devolver a Libia a personas en peligro en el mar es un delito», ha aseverado.
MSF ha afirmado que la Guardia Costera libia interfirió en mitad de la operación de rescate de una embarcación con 146 migrantes a bordo el 16 de marzo, con amenazas tanto sobre estas personas como sobre el personal de la ONG. De hecho, denunció que los guardacostas intentaron abordar por la fuerza una lancha de MSF.
No obstante, las autoridades italianas han dictado una orden de bloqueo de 20 días contra el barco de rescate por poner supuestamente en peligro la vida de los migrantes y del personal humanitario en pleno salvamento. Según MSF, fueron los miembros de la Guardia Costera libia los que amenazaron «agresivamente» a los supervivientes y al personal de la organización.
Así, la ONG ha asegurado que durante más de dos horas, la patrullera libia realizó maniobras peligrosas en un intento de bloquear el rescate en curso, poniendo en peligro la vida de decenas de personas, entre ellas los trabajadores humanitarios de MSF.
La detención del Geo Barents supone la vigésima vez que se detiene a un buque de búsqueda y salvamento humanitario desde la entrada en vigor a principios de 2023 de una nueva ley italiana que persigue y obstaculiza intencionadamente las actividades de búsqueda y salvamento de las ONG en el mar.
«En los últimos años, las ONG han sido acosadas y criminalizadas por los Gobiernos europeos, incluido el italiano», ha afirmado Gil antes de expresar que «este comportamiento es una táctica política sucia para impedir a toda costa que la gente llegue a las costas europeas». En este sentido, ha aclarado que el Geo Barents siempre opera de acuerdo con el Derecho Marítimo Internacional.
Además, ha informado de que la organización ha decidido recurrir a los tribunales la «detención injusta y, en última instancia, peligrosa» del buque. «Una vez más, son las personas que intentan huir de Libia las que pagan el precio final, ya que se impide, nuevamente, a un barco de búsqueda y salvamento salvar vidas en el mar», ha dicho.
Por otra parte, MSF ha pedido a las autoridades italianas que dejen inmediatamente de «obstaculizar la asistencia de las ONG para salvar vidas en el mar» y ha pedido a la UE y sus Estados miembro que ponga fin a «todo apoyo material y financiero a la Guardia Costera de Libia y a unas autoridades que cuentan con un historial de violaciones de Derechos Humanos».
Más de 320 migrantes y refugiados han fallecido sólo este año en aguas del Mediterráneo central, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Desde el año 2014, esta ruta acumula más de 23.000 víctimas mortales.