Shilpa Gupta abre en el Centro Botín una primera exposición en España que «da voz» a los silenciados

Poesía, silencios y ausencias derivados de la censura protagonizan esta muestra que trata de desdibujar fronteras

La artista india Shilpa Gupta inaugura el calendario expositivo del año del Centro Botín con la muestra Yo también vivo bajo tu cielo , integrada por piezas protagonizadas por la voz y la poesía para reflejar la existencia de personas que han sido silenciadas y desdibujar las fronteras que limitan el movimiento.

Se trata de la primera muestra individual que trae a España esta artista, que trabaja con la palabra, ya sea escrita, cantada o hablada, como un lugar para la resistencia, visibilidad y empatía, aunque también juegan un papel importante los silencios y ausencias derivados de la censura y el aislamiento.

«El reto es encontrar una forma de expresarnos sin que nos arrasen», ha resumido Gupta en la inauguración de la muestra en Santander, donde se podrán visitar sus trabajos desde este sábado y hasta el 8 de septiembre.

Acompañada por la directora ejecutiva del Centro Botín, Fátima Sánchez, y por la comisaria de la muestra y directora de exposiciones, Bárbara Rodríguez, Gupta ha presentado un trabajo que, en sus propias palabras, «analiza cómo los individuos atravesamos expectativas e imposiciones visibles e invisibles».

Una de las obras es la titulada Yo también vivo bajo tu cielo , una instalación con luces LED con la frase que da título a la muestra escrita en tres idiomas entrelazados -inglés, español y urdu-, precisamente para escenificar esa clara intención de presencia de las personas invisibilizadas.

En la misma línea, la pieza central de la exposición es un espacio titulado Listening Air (el aire escucha), producido por la Fundación Botín para la ocasión, en el que un conjunto de micrófonos suspendidos y en movimiento reproducen las voces de distintas comunidades oprimidas a lo largo de la historia, difundiendo palabras que han resonado en paisajes «lejanos y diversos», como campos de arroz, bosques, calles o universidades.

En ellos se pueden escuchar temas como el Bella Ciao , utilizado por las trabajadoras del arroz del valle del Po (Italia) en 1940 hasta los agricultores de Nueva Delhi en 2020; We Shall Overcome , canción popular obrera cantada por empleados de las plantaciones de tabaco de Carolina del Sur (EEUU) o por los movimientos en la plaza de Tiananmen de Pekín; Hum Dekhenge , escrita por el poeta pakistaní Faiz Ahmed que traspasó fronteras y ha servido como símbolo de esperanza durante disturbios políticos; o No nos moverán , cuyo origen es un canto espiritual de las personas africanas esclavizadas del sur de Esados Unidos.

Lo primero que el visitante se encuentra al entrar en la sala expositiva es Untitled , una serie de trazados sobre papel que marcan el contorno de algunos cuerpos junto a los vacíos dejados por otros como si se hubieran desvanecido, haciendo su ausencia más presente. Éstas representan a poetas de diferentes países que a lo largo de la historia han sido encarcelados por lo que han dicho o escrito.

Por otro lado, una vitrina exhibe una serie de botellas de vidrio con versos de poetas censurados, y en su interior, el aliento invisible de los mismos susurrados por la artista.

Respecto al uso recurrente de poesía en sus obras, la artista ha defendido que «no es algo que hay que buscar. Todos tenemos poesía dentro», aunque «no todos tenemos la oportunidad de buscarlo». «Algunos lo llaman arte, otros lo llaman vida», ha comentado.

La exposición incluye también una porción de un reloj fundido en bronce de munición o una torre de 21 puntas de lápiz sobre un pedestal de madera que señala la persistencia del trabajo del poeta a pesar de que sus instrumentos hayan sido violentados.

Gupta también presenta la idea del cuerpo disperso por la sala a través de diferentes obras, como una pequeña barra de aluminio que marca la distancia entre las dos pupilas de la artista, una escultura en bronce de munición fundido con forma del negativo de la cavidad de una boca abierta, o una serie de calzas negras para pies que aluden a la posibilidad de elevarse sobre ellas y ver otros horizontes. El recorrido también incluye unas láminas de cera de diferentes formas que ocupan el lugar del cuerpo de la artista.

Con estas y otras piezas, su obra trata de traspasar y desdibujar las fronteras, desde las nacionales e ideológicas hasta las imaginarias.

Y es que la artista (Mumbai, 1976), creció en el contexto político del sur de Asia, un lugar con zonas fronterizas en constantes disputas sociales y territoriales, algo que ha influido en su obra.

Al respecto ha señalado que ha experimentado y convivido con personas que han sufrido la invisibilización o censura de la que hablan sus trabajos, pero «no se ha quedado asolada» ante ello. «Tenemos que encontrar la manera de atravesar esas situaciones», ha defendido.

Por su parte, la comisaria de la muestra ha definido a Gupta como una de las artistas más relevantes del sur de Asia, tanto por su creciente proyección internacional como por su «integridad y compromiso».

Rodríguez ha puesto de relieve la «belleza, generosidad y clara intención» del trabajo de la artista, que va de la mano de una defensa de la libertad de expresión y de movimiento.

En la misma línea, la directora ejecutiva del Centro Botín ha resumido que con esta exposición se hace un «viaje maravilloso» a gracias piezas que evocan diferentes lugares y situaciones para terminar con la reflexión de que «todos vivimos bajo el mismo cielo».

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