El 45% de los casos de tuberculosis se deben a desnutrición, tabaco, alcohol, diabetes o VIH, según experto de OMS

El 25% de los supervivientes tiene algún problema de salud mental

El 45 por ciento de los casos de tuberculosis se deben a cinco factores de riesgo relacionados con la enfermedad que incluyen un sistema inmunológico debilitado por enfermedades como el VIH, el tabaco, el alcohol, la diabetes y la desnutrición o pobreza extrema, siendo este último el factor que más afecta y que, en los últimos años, se ha visto agravado por el cambio climático, según ha explicado el médico miembro del Departamento Programa Global de Tuberculosis de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Ernesto Jaramillo Betancur.

«La desnutrición es el principal causante de tuberculosis y el cambio climático es una de las fuerzas más poderosas para crear caos en la seguridad alimentaria de cualquier país», ha aseverado Betancur durante su intervención en la 12ª jornada de Actualización Tb-posCovid-19 celebrada este jueves en la Organización Médica Colegial, donde se ha incidido en la estrecha relación existente entre el cambio climático y el incremento de algunas enfermedades infecciosas como la tuberculosis debido a los cambios sociales y medio ambientales.

Así, el experto ha resaltado que, aunque la tuberculosis se origina por un agente biológico, «no hay que ignorar los determinantes sociales porque en ausencia de pobreza e inequidad social ese microbio es inofensivo». «Esa sería la verdadera causa, el microbio se necesita, pero no es la única causa, se necesitan determinantes sociales», ha remarcado.

En este contexto, Betancur ha resaltado que, según las últimas cifras de la OMS, actualmente se producen 1,3 millones de muertes por tuberculosis al año y, de ellas, 167.000 son por VIH. Además, ha apuntado que el número de personas notificadas con infección por tuberculosis es de 10,6 millones.

«Desde el año 2000 se han salvado 75 millones de vidas por tuberculosis, pero la evidencia nos ha llevado a concluir que lo que hemos hecho es extender su sufrimiento, no salvar su vida, ya que siguen vivos pero las comorbilidades asociadas llevan a que el 25 por ciento siguen afectados por problemas de salud mental, depresión, ansiedad, psicosis, etc, y un 24 por ciento con comorbilidades pulmonares, de los cuales el 10 por ciento tiene una pérdida severa de la función pulmonar», ha advertido el experto.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por el bacilo tuberculoso, una bacteria que suele afectar a los pulmones. Se propaga por el aire cuando una persona infectada tose, estornuda o escupe. No obstante, estar infectado con el bacilo tuberculoso no implica necesariamente el desarrollo de la enfermedad y las personas que están infectadas pero que aún no han enfermado no pueden transmitir la enfermedad.

Las personas con infección tuberculosa latente no se sienten enfermas ni pueden transmitir el bacilo, y solo un pequeño porcentaje de ellas enfermará y tendrá síntomas. El riesgo de enfermar es mayor en los bebés y los niños. No obstante, Betancur ha advertido de que tener esta infección, aunque no se desarrolle la enfermedad, afecta directamente a la esperanza de vida ya que «la esperanza de vida se reduce cuatro años solo por tener tuberculosis».

Esta enfermedad suele tratarse con antibióticos y puede ser mortal si no se trata, pero los expertos insisten en que es una enfermedad que se puede prevenir si se toman las medidas de higiene y prevención adecuadas como las establecidas por la Organización Mundial de la Salud aunque, según ha apuntado Betancur, esto «no es suficiente» ya que depende del nivel de implantación de las naciones y, actualmente, hay «un déficit crónico de un 50 por ciento en financiación para tuberculosis».

«Muchos países hacen lo que pueden con lo que tienen y lo que se hace no se hace con la calidad necesaria, culpar a la OMS del insuficiente progreso tiene que mirarse en el contexto de la financiación y la calidad», ha afirmado haciendo un llamamiento a los líderes mundiales para que «den cumplimiento en lo que se han comprometido» porque «es la inversión en salud más coste-efectiva con un retorno de 39 euros (43 dólares) por euro invertido».

En este aspecto, la directora del programa global de la OMS para Tuberculosis, Tereza Kasaeva, este es «un momento crucial de la lucha para acabar con la tuberculosis». «Tenemos los compromisos firmes con objetivos específicos hechos por los líderes mundiales en la declaración política de la segunda Reunión de Alto Nivel de NU sobre TB en septiembre de 2023, que han supuesto grandes impulsos para acelerar la respuesta a la tuberculosis, 2024 es un año de acción para asegurar el cumplimiento de estos compromisos y que millones de personas se beneficien de los servicios de atención y prevención de la TB, que pueden salvar vidas», ha declarado en un videocomunicado.

«Las personas con TB son de las más marginadas y vulnerables y encuentran barreras en el acceso a la atención sanitaria. La OMS llama a la acción global para tratar las desigualdades sanitaria de las personas con TB y otras enfermedades», ha afirmado Tereza Kasaeva.

Por su parte, el presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona (FuiTB), Joan Artur Caylà Buqueras, ha resaltado también que «es prioritario disponer de prioridad política» en el abordaje de la tuberculosis porque «si no, no se va a avanzar» y «se haga lo que se haga hay que evaluar sistemáticamente cada año la situación».

«Es importante que haya una vigilancia epidemiológica activa para conocer la incidencia real, recursos humanos, una coordinación de los trabajadores de salud dedicados a tuberculosis, estudios de contacto, cribajes en grupos de riesgo, etc», ha declarado.

Además, en este aspecto Buqueras ha apuntado que «la sindemia de TB y Covid implica un serio retroceso en el control de la TB» ya que actualmente hay «dos pandemias, dos mundos». «La estrategia de TB es menos efectiva y es muy a largo plazo, la Covid es una infección endémica pero es controlable y eliminable, en TB la duda es si se conseguirá una reducción de la TB entre 2015 y 2030 del 90 por ciento. Hay mucho trabajo por delante tanto en Covid-19 como en tuberculosis», ha concluido.

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