Un programa de actividad física y estimulación cognitiva mejora la autonomía de los mayores
Un equipo multidisciplinar de los centros de día Neurovida ha desarrollado un programa de ejercicios que, combinando la neurorrehabilitación y la actividad física, mejora la autonomía y reduce la fragilidad asociada a la edad.
Esta iniciativa recoge las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los últimos estudios sobre ejercicio y rehabilitación cognitiva en personas mayores.
En el programa, desarrollado por fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas y neuropsicólogos, se incluyen las siguientes actividades: caminar a paso ligero de 15 a 30 minutos al día; estiramientos de los principales grupos musculares (10 repeticiones); ejercicios de fuerza como sentadillas, flexiones de brazos con apoyo o levantamiento de peso ligero (2-3 sets de 10 repeticiones); ejercicios de equilibrio como caminar en línea recta o mantenerse en un solo pie (2-3 sets de 10 repeticiones); clases adaptadas de yoga o taichi una o dos veces por semana, todo ello combinado con dinámicas de juego en grupo para facilitar la socialización y la estimulación de recuerdos y sentidos.
«Nuestra filosofía lleva intrínseca la convicción de que el adulto mayor debe sacar el máximo partido a sus condiciones y para ello, debemos proporcionarle herramientas que le permitan mejorar su calidad de vida, de una manera divertida, que le estimule a ejercitarse», indica el CEO de Neurovida, Priti Sadhwani.
De hecho, una investigación publicada en JAMA Network Open indica que la participación en actividades físicas de ocio al nivel recomendado o superior se asoció con menores probabilidades de caídas no lesivas y lesivas e incluso caminar a paso ligero y la actividad física moderada se asociaron con menores probabilidades de caídas no lesivas.
Por otra parte, los terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas de Neurovida combinan estas sesiones de ejercicio físico con diferentes acciones para la estimulación cognitiva impulsadas por logopedas y neuropsicólogos.
Para frenar el deterioro cognitivo se realizan ejercicios para mejorar la comunicación y la deglución, con el objetivo de prevenir patologías como la disfagia; juegos de estimulación cognitiva (crucigramas, puzzles, rompecabezas o juegos de memoria) a los que dedican unos 30 minutos al día; ejercicios de memoria como la terapia de reminiscencia (recordar eventos pasados); o trabajar en la memorización de listas durante 15 minutos al día; o participar en terapias de grupo para mejorar la autoestima una o dos veces por semana.