Cantabria tendrá una primavera más cálida de lo normal tras un invierno muy cálido y seco

Cantabria tendrá este año una primavera más cálida de lo normal y tras dejar atrás un invierno que ha sido igualmente muy cálido y seco.

Así, las temperaturas esperadas en abril, mayo y junio en la región estarán por encima de los valores habituales para estos meses, también en España, según el pronóstico de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y que establece igualdad de probabilidades respecto a las precipitaciones.

Es decir, que puede ser una primavera húmeda, normal o seca, según ha expuesto el hasta ahora delegado de la AEMET en Cantabria, José Luis Arteche, y su sucesor en el cargo tras su jubilación, Arcadio Blasco.

En una rueda de prensa para hacer balance climático del invierno y del conjunto del año pasado y ofrecer también el pronóstico meteorológico de primavera, han avanzado además que este viernes habrá nubes y claros y temperaturas agradables, al igual que el fin de semana, cuando seguirá la tendencia al alza de las máximas.

Así, se superarán los 20 grados en muchos puntos de la región, tanto el sábado como el domingo. Pero el lunes se prevé un empeoramiento del tiempo porque volverán a entrar frentes por el Oeste que podrían dejar precipitaciones de débiles a moderadas.

Y tras el impasse del martes, que se espera que vuelva a ser un día «tranquilo» en lo meteorológico, «todo apunta» a que volverán los frentes el miércoles.

Lo que no han ofrecido Arteche y Blasco son predicciones de cara a la Semana Santa, que se celebra del 28 de marzo al 1 de abril en Cantabria, porque es complicado dar un pronóstico «tan a largo plazo» y en una estación «tan volátil» como la primavera además, por lo que la AEMET ofrecerá un parte el viernes anterior, día 22.

La nueva estación empezará el 20 de marzo y se prolongará hasta el 20 de junio, y sucederá a un invierno muy cálido y seco, con temperaturas medias de 8,3 grados centígrados, 1 8 ºC por encima de lo normal.

De hecho, el de 2024 ha sido el segundo enero más cálido desde 1961 y febrero, el séptimo, con dos episodios de altas temperaturas, uno en cada mes, los días 28 y 15, respectivamente, cuando se alcanzaron 25,5 1C en Terán y 26,9 en Treto.

A su vez, el otoño había sido el más cálido de la serie histórica y el verano, el tercero más caluroso en medio siglo.

También fue un invierno seco, pues las precipitaciones caídas llegaron al 85% de lo normal (337,3 mm), y solo en febrero llovió un 27% más de lo esperado.

Con todo, el año hidrológico (octubre-febrero) presentaba un carácter seco, con un déficit del 11% respecto a 1991-2020.

Y aunque nevó en febrero, las temperaturas no bajaron en proporción a esas precipitaciones nivales. Además, fue una estación soledada, con 302,4 horas de sol, un 112% más de lo habitual.

En cuanto al viento, febrero fue el mes más ventoso de este invierno en Cantabria, con rachas del sur y suroeste, y desde diciembre se contabilizaron más de un centenar de descargas eléctricas de rayos.

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