Parolin sobre la guerra en Ucrania: «Los agresores deberían ser los primeros en cesar el fuego»
ROMA, 12
El secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, ha matizado las palabras del Papa, que pidió en una entrevista que el gobierno de Volodimir Zelenski, alce «la bandera blanca» para negociar el fin de la guerra con Rusia, al asegurar que son «los agresores» los «primeros» que deberían «cesar el fuego».
«La Santa Sede sigue en esta línea y continúa pidiendo un alto el fuego, y los agresores deberían ser los primeros en cesar el fuego, y después la apertura de negociaciones», ha asegurado Parolin en una entrevista con el diario Il Corriere della Sera que recoge Europa Press.
Tras las críticas del Gobierno ucraniano y los líderes de la Iglesia greco católica de Ucrania a las palabras del Pontífice, Parolin ha asegurado que en el llamamiento de Francisco para que se creen las condiciones para una solución diplomática en busca de una paz justa y duradera, es «obvio» que crear las condiciones para una negociación depende de las dos partes en conflicto, Rusia y Ucrania y que la «primera condición» es «poner fin a la agresión».
«Es obvio que la creación de tales condiciones no es responsabilidad de una sola de las partes, sino de ambas, y la primera condición me parece que es precisamente la de poner fin a la agresión. No hay que olvidar nunca el contexto y, en este caso, la pregunta que se formuló al Papa, quien, en respuesta, habló de negociación y, en particular, del valor de la negociación, que nunca es una rendición», ha señalado.
«El Santo Padre explica que la negociación no es debilidad, sino fuerza. No es rendición, sino valentía. Y nos dice que debemos tener una mayor consideración por la vida humana, por los cientos de miles de vidas que se han sacrificado en esta guerra en el corazón de Europa. Son palabras que se aplican a Ucrania como a Tierra Santa y a los demás conflictos que tiñen el mundo de sangre», ha agregado.
El jefe de la diplomacia de la Santa Sede ha abogado por «una solución diplomática». «La guerra desatada contra Ucrania no es el efecto de un desastre natural incontrolable, sino de la sola libertad humana, y la misma voluntad humana que causó esta tragedia tiene también la posibilidad y la responsabilidad de tomar medidas para ponerle fin y allanar el camino hacia una solución diplomática», ha afirmado.
Del mismo modo, ha señalado que la Santa Sede está preocupada por el «riesgo» de una escalada bélica. «La elevación del nivel del conflicto, la explosión de nuevos enfrentamientos armados, la carrera hacia el rearme son señales dramáticas e inquietantes en este sentido. La ampliación de la guerra significa nuevos sufrimientos, nuevos lutos, nuevas víctimas, nuevas destrucciones, que se añaden a los que el pueblo ucraniano, especialmente los niños, las mujeres, los ancianos y los civiles, están experimentando en su propia carne, pagando el precio demasiado alto de esta guerra injusta», ha concluido.