El personal del BCE rechaza que Elderson defienda reprogramar a los empleados que no apoyen políticas verdes
El personal del Banco Central Europeo (BCE) ha mostrado su insatisfacción con los comentarios «irrespetuosos» realizados por el miembro del BCE y vicepresidente de su Consejo de Supervisión, Frank Elderson, a cuenta de la necesidad de «reprogramar» a los trabajadores de reciente incorporación del instituto emisor para que apoyen sus políticas verdes.
En este sentido, según una carta de uso interno a la que ha tenido acceso el diario Financial Times , también han pedido a las instancias superiores que modifiquen su estilo del liderazgo tras los declaraciones realizadas por Elderson el mes pasado de forma privada.
Acorde a las informaciones recibidas, el abogado neerlandés se habría preguntado sobre «por qué debería contratarse personas a las que hay que reprogramar, aunque vengan de las mejores universidades, si no saben siquiera escribir la palabras clima «.
Los representantes de los empleados del BCE han indicado que «muchos compañeros se escandalizaron por la elección de las palabras y las opiniones del señor Elderson», y han sostenido que la noción de reprogramar personas supone entrar en una «contradicción directa con los valores democráticos que defienden tanto el BCE como la Unión Europea».
En consecuencia, la misiva ha emplazado a la dirección del banco central a «reflexionar sobre su estilo de liderazgo» y a convencer a quienes sean más reacios a las políticas climáticas del BCE mediante «la razón y los hechos», y no mediante la coacción.
Por su parte, el BCE ha asegurado que Elderson es «un firme defensor» de todas las formas de diversidad, y que sus palabras deben interpretarse como un deseo de que se entienda «correctamente» que es únicamente la ciencia quien motiva el giro verde del BCE para combatir la crisis climática.
ENCUESTA INTERNA
A finales del mes de enero, una encuesta realizada entre los empleados del BCE reveló el descontento con la labor realizada por su presidenta, Christine Lagarde, dado su talante «autocrático» o por inmiscuirse en temas de política.
La mayoría de los participantes del estudio del sindicato IPSO afirmaron, además, que no creían que Lagarde sea la persona adecuada para dirigir el BCE, con un 50,6% de los encuestados calificando su actuación general en la primera mitad de su mandato de ocho años como «muy deficiente» o «deficiente».
Por el contrario, solo el 38% de los encuestados respaldaron la toma de decisiones de Lagarde, con el resto divididos a partes iguales entre aquellos que se oponían de forma activa y entre los que no se pronunciaban.
Asimismo, más de la mitad expresaron sus reservas sobre la capacidad del BCE para doblegar la inflación y devolverla al objetivo del 2% por involucrarse en asuntos que exceden sus competencias, como la igualdad de género o el conflicto armado entre Israel y Hamás.
No obstante, existe apoyo a ciertas iniciativas de Lagarde, como incluir la protección del medioambiente dentro del mandato del BCE. Otros se sienten «inspirados» por su persona y se mostraron «orgullosos» de trabajar junto a ella.