El JEME plantea que la OSCE verifique sobre el terreno un eventual acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania
El Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), el general Amador Enseñat y Berea, ha propuesto este martes que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) pueda verificar sobre el terreno un eventual acuerdo para la resolución de la guerra de Rusia y Ucrania, que acaba de cumplir tres años.
Así lo ha hecho durante un discurso pronunciado con motivo de su entrada como académico de número en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (integrada en el Instituto de España), en el que se ha centrado en los cambios acontecidos en el mundo y en España en el ámbito de la seguridad y la defensa y ha presentado las transformaciones de las Fuerzas Armadas para adaptarse a estos cambios.
Para el general Enseñat y Berea, la guerra de Ucrania es, junto a la infiltración rusa en África, los ataques terroristas de Hamás y la consiguiente respuesta de Israel en la Franja de Gaza y la posibilidad de que ese conflicto se extienda regionalmente, uno de los factores que acentúan «la peligrosidad, inestabilidad e impredecibilidad de la situación geostratégica» del momento actual, en el que «el orden internacional basado en normas se encuentra seriamente amenazado».
En el contexto del conflicto ucraniano, el general cree que «la OSCE podría desempeñar un papel en la verificación sobre el terreno del acuerdo que se pudiese alcanzar para su resolución». Además, a nivel político, la organización puede tener también un rol «en tratar de recrear el ambiente de coexistencia pacífica y seguridad cooperativa en Europa».
EFICIENCIA LIMITADA DE LAS MISIONES DE LA ONU
Durante su intervención, el JEME se ha referido al desempeño de Naciones Unidas que, a su juicio, ha hecho un «esfuerzo ímprobo a lo largo de las tres últimas décadas» para «prestar el mejor servicio a la paz y seguridad internacionales». En esta línea, ha querido remarcar la «gran diferencia» que existe entre las operaciones de mantenimiento de la paz anteriores al fin de la Guerra Fría y las misiones multidimensionales e integradas que se llevan a cabo en la actualidad.
El general ha advertido de que las nuevas misiones «son de gran legitimidad y podrían ser de gran ayuda», pero cree que son «excesivamente complejas por su elevado nivel de ambición y los condicionantes» de la propia ONU, un cóctel que «limita su eficiencia».
Sobre «la realidad» de la Política Común de Seguridad y Defensa de la Unión Europea (UE), el general Enseñat y Berea ha puesto el foco en que «siempre ha ido muy por detrás de la ambición declarada y los documentos acordados», citando al Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, que cree que «hay que hacer más y más rápido».
Ha llamado la atención sobre que el bloque europeo, en su conjunto, presenta el segundo mayor gasto militar del mundo, pero ha lamentado que «las duplicidades y la falta de interoperabilidad limitan su eficiencia». A renglón seguido, ha abordado las relaciones de cooperación con la OTAN, «que en realidad lo son entre Europa y Estados Unidos».
Así, ha resaltado la «diferente naturaleza, organización y capacidad militar de ambas organizaciones» y las relaciones quedan «lastradas por la rivalidad política entre algunos de sus Estados», cree el JEME. «En otras palabras, Europa quiere compartir el liderazgo pero no los costes y Estados Unidos quiere compartir los costes pero no el liderazgo», ha resumido.
EL IMPACTO DE LOS CAMBIOS EN LAS FFAA ESPAÑOLAS
En este punto, el general Enseñat y Berea ha pasado a explicar cómo han impactado los cambios en el escenario geostratégico en las Fuerzas Armadas. «El entorno operativo se ha vuelto mucho más volátil, incierto, complejo y ambiguo, mientras se ha de hacer frente a riesgos, amenazas y desafíos de muy variada índole, interconectados y muchos de ámbito global», ha introducido.
Así las cosas, ha señalado que «ha cambiado el espectro del conflicto, difuminándose la frontera entre la paz y la guerra o conflicto armado, apareciendo entre ambos una zona gris en la que confrontación es difusa y la forma de actuar es compleja», ha explicado, destacando que incluso la contribución sobre el terreno a las operaciones de paz de las Naciones Unidas «reviste enorme dificultad».
El JEME se ha centrado en la inversión en defensa y, trayendo a colación de nuevo la invasión rusa de Ucrania, se ha congratulado de que este conflicto haya «convencido definitivamente» a los Estados europeos de la necesidad de destinar más recursos económicos a esta materia.
En el caso concreto de España, «la percepción de los españoles sobre las cuestiones de defensa y las Fuerzas Armadas ha ido mejorando paulatinamente, encontrándose ahora en un momento envidiable». Enseñat y Berea atribuye esta mejor percepción a la participación española en misiones en el exterior, actuación de las Fuerzas Armadas en crisis interiores –Filomena, incendios forestales– y, otra vez, la guerra de Ucrania.
Por todo ello, ha saludado que el presupuesto español para Defensa se haya incrementado, tras haber sido «siempre escasos» y haber seguido «los vaivenes de a coyuntura española», «no habiéndose incrementado al mismo ritmo que otros indicadores». Dice el JEME que la «escasez» ha provenido de «la falta de percepción de una amenaza concreta, la baja conciencia de defensa la sociedad española y la prioridad otorgada a otras necesidades nacionales», como la mitigación de las consecuencias de la crisis financiera de 2008.
Pero ahora, los presupuestos en Defensa «han mejorado sustancialmente», especialmente tras el compromiso expresado por el presidente, Pedro Sánchez, en junio de 2022, en el marco de la Cumbre de la OTAN de Madrid, para alcanzar el 2% del PIB en 2029, en línea con el resto de países que integran la Alianza Atlántica.
MODERNIDAD Y TRADICIÓN
El JEME ha indicado, así, que las Fuerzas Armadas españolas se han transformado progresivamente para adaptarse a las consecuencias de la evolución del marco geoestratégico, jurídico, político, social y económico que hemos descrito.
«Han sido capaces de conjugar modernidad y tradición, para convertirse en un Ejército moderno al servicio de un Estado y una sociedad democráticos, preservando lo esencial de su código moral y reafirmando los valores de la vocación y profesión militar», ha ensalzado.
Asimismo, el general Enseñat y Berea ha resaltado la incorporación de la mujer, la plena profesionalización, la enseñanza militar, la creación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en 2005. La última parte de su discurso ha estado centrada en la actualización y pervivencia del código moral de las Fuerzas Armadas. «Basan su eficacia en la disciplina, jerarquía y unidad, a los que se debe añadir la más exquisita neutralidad política», ha concluido.