En un incendio hay más de 50 gases tóxicos que pueden causar desde lagrimeo hasta la muerte, según experto
El síndrome por inhalación de humos es una intoxicación derivada de los productos de combustión cuando, por ejemplo, existe un incendio. Esta intoxicación se debe fundamentalmente a tres conjuntos de sustancias que están presentes, si bien, hay más de 50 gases en un incendio, según ha explicado a Europa Press el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), Tato Vázquez.
El experto ha detallado que los grupos de sustancias que se encuentran en un incendio se dividen en tres: gases irritantes, partículas en suspensión (hollín) y los gases no irritantes, pero asfixiantes (monóxido de carbono y cianuro).
El primero de estos tres conjuntos de sustancias son los gases irritantes. «Hay gran cantidad de estos gases, como el amoniaco, el óxido nitroso y los fenoles. Estos gases producen un cuadro irritativo sobre las mucosas: lagrimeo en ojos, disfonía, ronquera, picazón en la gargante. Si estos gases llegan más abajo, al árbol traqueobronquial, lo que producen es un broncoespasmo, un edema de pulmón o una neumonitis química, que puede llegar a derivar en sobreinfecciones bacterianas», ha afirmado el presidente de SEMES.
«Además, estos gases, a la temperatura tan alta a la que están, pasan por la vía aérea y pueden producir quemaduras. Cuando vemos los pelos de la nariz quemados sabemos que puede haber quemaduras en la vía aérea, es decir, laringe, bronquios y demás. Normalmente, procedemos a intubar a los pacientes para aislar la vía aérea, porque luego es muy difícil hacerlo», ha añadido el Vázquez.
El segundo conjunto de sustancias son las partículas en suspensión (como el hollín), derivadas del carbono. «Son pequeñas moléculas que se van depositando por toda la vía aérea y que pueden producir posteriormente neumonitis o infecciones respiratorias», ha señalado.
EL MONÓXIDO DE CARBONO Y CIANURO
El tercer conjunto de sustancias, «el más peligroso», son los gases no irritantes pero asfixiantes que en casos extremos pueden conllevar a la muerte. «Fundamentalmente son dos, el monóxido de carbono y el cianuro. El monóxido de carbono produce una fijación: se absorbe muy rápido a través de la vía respiratoria, se fija a la hemoglobina e impide que esta transporte oxígeno a los tejidos. Con lo cual, lo que se produce es una muerte de las células por falta de oxígeno. La clínica habitual en estos casos es: cefalea, dolor torácico y, en ocasiones, puede producir náuseas, vómitos o diarrea. Además, es un gas extremadamente tóxico y no es detectable: es inoloro, insípido, el llamado asesino silencioso», ha explicado el presidente de SEMES.
Por su parte, el cianuro se produce en la combustión de plásticos y es un gas que se absorve muy rápido e impide la utilización de oxígeno por parte de las células. «Bloquea el sistema citocromo e impide la fosforilación oxidativa de las células. Lo que hacen las células como respuesta al no poder utilizar oxígeno, es empezar un metabolismo anaeróbico que produce una acidosis láctica severa que conlleva a la muerte», ha manifestado el presidente de SEMES.
ANTÍDOTO PARA MONÓXIDO DE CARBONO Y CIANURO
Las personas que sufren una intoxicación por inhalar monóxido de carbono o cianuro son tratadas con antídotos específicos. En el caso del monóxido de carbono, se trata a los pacientes con oxígeno a altas concentraciones, incluso en ocasiones se emplea una cámara hiperbárica. Mientras que, en el caso del cianuro, su antídoto es la cianocobalamina, que está disponible en todos los servicios de Urgencias.
«Es muy curioso en el caso de la cianocobalamina, ya que el paciente experimenta una respuesta muy llamativa en poco tiempo y tiene una característica, la orina aparece de color rojo», ha afirmado Vázquez.
En el caso de intoxicación por gases irritantes, el experto ha señalado que los profesionales sanitarios aplican medidas de sostén para tratar síntomas como picor de ojos o disfonía.
«En casos algo más complicados, si el paciente tiene broncoespasmos, usamos broncodilatadores y si tiene una dificultad respiratoria manifiesta, lo intubamos y conectamos a ventilación», ha añadido Vázquez.