Page llama a no estar de «brazos cruzados» ante el cambio climático pero avisa: «Los agricultores no son los enemigos»
CIUDAD REAL, 19
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado este lunes que «no podemos estar de brazos cruzados» ante el cambio climático y las exigencias ambientales, pero ha advertido de que los agricultores y los ganaderos «no son los enemigos».
«A lo mejor tienen que cambiar cosas, pero no como enemigos, sino como víctimas quizás de un cambio necesario que nos obliga a toda la sociedad como tenemos que cambiar nuestros hábitos en el día a día y queremos ayudar en ese sentido», ha afirmado García-Page desde Manzanares donde ha acudido a colocar la primera piedra del nuevo Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) San Blas .
Con motivo de la reunión que mantendrá este lunes el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, con las comunidades autónomas ante la crisis del campo, el presidente de Castilla-La Mancha ha agradecido que el ministro esté «muy sensibilizado y sea proactivo», y además esté en fase de escucha de las consejerías, lo cual –ha dicho García-Page– «no es habitual».
«Nosotros tenemos una estrategia que si sale adelante, cualigando todas las opciones que hay de las distintas comunidades autónomas, podemos plantear una plataforma de cambio, de reforma, de mejora en la gestión del campo español y por tanto europeo, que es muy útil».
Según ha manifestado el presidente regional, «hay que intentar conducir toda la energía movilizadora de estas movilizaciones últimas hacia objetivos realistas y posibilistas». Lo contrario –ha admitido– «nos puede conducir simple y llanamente a la melancolía».
«Una cosa es movilizarse y otra cosa muy distinta es conseguir. Y para conseguir hay que plantear metas posibles, realistas y por supuesto con encaje legal. Creo que ese es el gran reto que tenemos entre los distintos gobiernos autonómicos», ha incidido.
Dicho esto, ha abogado por sacar del mundo de la gestión agroambiental en España y en Europa «cualquier tipo de fanatismo».
«No podemos estar de brazos cruzados ante el cambio climático y las exigencias ambientales, pero los agricultores y los ganaderos no son los enemigos. A lo mejor tienen que cambiar cosas, pero no como enemigos, sino como víctimas quizás de un cambio necesario que nos obliga a toda la sociedad como tenemos que cambiar nuestros hábitos en el día a día y queremos ayudar en ese sentido», ha concluido.