Medicina de Familia pide aumentar el precio de la cajetilla de tabaco hasta los 12 euros dentro del plan antitabaquismo
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) propone incrementar el precio de la cajetilla de tabaco hasta los 12 euros en España, dentro del plan antitabaquismo que prepara el Ministerio de Sanidad, y complementariamente aplaude la idea de ir ampliando las medidas que se han demostrado efectivas en el tabaco también hacia los nuevos dispositivos de consumo.
Así, entre otras medidas, demandan la igualación de los productos derivados del tabaco, como los vapeadores o el tabaco calentado, con el tabaco tradicional en términos de tributación y regulación de espacios; la ampliación de las áreas exteriores libres de humo, considerando las posibles restricciones al consumo en terrazas de establecimientos; la implementación del empaquetado estándar; y la prohibición de fumar en vehículos privados.
Desde el Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud (PAPPS) aseguran que «en comparación con 2010, se ha producido en España un claro descenso en consumo de tabaco» y añaden que se calcula que «encareciendo el precio del tabaco, se conseguiría una reducción del hábito de fumar de entre un 10 y un 15%».
Asimismo, recuerdan que España es uno de los países miembros de la Unión Europea que vende la cajetilla de tabaco más barata de todo el continente: el coste medio de este producto es de 4,60 euros. En el otro extremo se sitúa Irlanda, donde el precio de la cajetilla alcanza hasta los 12,81 euros. Una cuestión sobre la que el PAPPS aduce que el coste medio de un paquete de cigarrillos en España debería igualar al del país vecino, Francia, donde, en diciembre pasado, se fijó en unos 12 euros.
Desde el PAPPS, solicitan «la implicación y el compromiso de todos los ministerios que pueden favorecer el alcance de esta medida» y añaden que «está en manos del Ministerio de Sanidad y del Ministerio de Hacienda poner nuestro país al nivel europeo en cuanto al compromiso con la lucha contra el tabaquismo». Señala especialmente a Hacienda, por el hecho de que «en la mayoría de los países europeos, la tributación del tabaco se sitúa entre el 80 y el 90%, mientras que en España, los impuestos se marcan en el 51%».
Teniendo en cuenta el calado de la medida y la necesidad de modificar la fiscalidad, desde el PAPPS señalan que «es fundamental coordinarse con el Ministerio de Hacienda para incrementar de forma significativa los impuestos al tabaco y alinear la fiscalidad de los dispositivos de liberación de nicotina».
Finalmente, la semFYC insta a avanzar hacia la equiparación integral de todas las formas de consumo, lo que pasa por aumentar impuestos, estandarizar diseños y aromas, incluir advertencias sanitarias, prohibir su consumo en lugares de ocio y su publicidad en internet. «El objetivo de la nueva ley fue acabar con la percepción de que el tabaco calentado es menos dañino para la salud de las personas, cuando no es cierto» explica el coordinador del grupo de trabajo de Abordaje al Tabaquismo de la semFYC, Vidal Barchilón.
El tabaco calentado es un producto generalmente usado por adultos, y lo único que hace esta directiva es alinear la normativa a los productos de tabaco tradicional, con lo que es normal que tengan las mismas advertencias sanitarias. «Pero no incluye al cigarrillo electrónico y vapers, cuyo uso está más extendido en los menores y más jóvenes, con el consiguiente riesgo para la salud de los más jóvenes. Consideramos que es necesario que se haga extensiva también a esta forma de consumo», añade Barchilón.