Las bacterias intestinales pueden procesar la fibra dietética y convertirla en un arma antialérgica, según estudio

La ingesta de fibras dietéticas, que se encuentran principalmente en alimentos de origen vegetal, puede hacer que las bacterias intestinales las descompongan en pequeñas moléculas, llamadas ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que pueden convertir estas fibras en un arma antialérgica, según revela un nuevo estudio de la Universidad de Ciencias de Tokio (Japón) publicado en The Journal of Immunology .

En los últimos años, los estudios han revelado varios efectos antiinflamatorios e inmunomoduladores importantes de los AGCC. Una de las formas en que los AGCC interactúan con nuestro sistema inmunológico es mediando la activación de los mastocitos (MC). Estos glóbulos blancos están cargados de pequeños sacos llamados «gránulos», que están llenos de enzimas y moléculas de señalización como la histamina. Cuando un MC detecta un antígeno (cuerpo extraño), se activa y sufre desgranulación, liberando estas sustancias al tejido cercano y desencadenando una rápida respuesta inmune.

Por lo general, los mastocitos (MC) desempeñan un papel central en las enfermedades alérgicas, incluidas la polinosis y las alergias alimentarias graves. Si bien existe evidencia considerable de que los AGCC tienen propiedades antialérgicas, los mecanismos precisos por los cuales regulan la función de los MC aún no están claros.

Inicialmente, los investigadores descubrieron que alimentar a los ratones con ácido butírico y ácido valérico, dos AGCC representativos, suprimía significativamente la anafilaxia cutánea pasiva (un tipo de reacción alérgica bien estudiada inducida artificialmente en entornos de laboratorio). Utilizando cultivos de MC, el equipo demostró que el tratamiento de las MC con varios SCFA suprimía la activación mediada por inmunoglobulina E (IgE), una vía crucial en las reacciones alérgicas.

A través de experimentos posteriores con células modificadas genéticamente e inhibidores de ARN precisos, lograron seguir armando el rompecabezas. Los investigadores encontraron que los SCFA mediaban la activación de MC principalmente de dos maneras. La primera fue mediante el reconocimiento e interacción con el receptor GPR109A. Al unirse con AGCC, se produce una cascada química que culmina con la síntesis y secreción de prostaglandinas. Estas sustancias interactúan con los receptores EP3 en los MC y previenen la desgranulación, limitando la liberación de histamina y minimizando la respuesta alérgica.

El segundo fue a través de la epigenética (o la alteración reversible de genes específicos). Los investigadores confirmaron que los AGCC afectaban la actividad inhibidora de la histona desacetilasa, que regula las modificaciones epigenéticas. Esto condujo a cambios en los niveles de expresión del receptor de IgE, que finalmente inhibieron la degranulación en los MC. Experimentos adicionales revelaron que los fármacos antiinflamatorios no esteroides suprimieron los efectos antialérgicos de los AGCC y que la vitamina B-3, que interactúa con el receptor GPR109A, también inhibió la degranulación de MC.

Juntos, los hallazgos de este estudio pueden ayudar a los científicos a explorar las complejidades de cómo los cuerpos regulan nuestro sistema inmunológico con la ayuda de las bacterias intestinales. Sin embargo, las personas con alergias se beneficiarán de estos conocimientos.

«La activación de los mastocitos es una causa común de diversas enfermedades alérgicas y no se limita a la anafilaxia. Además, creo que la creciente frecuencia de pacientes alérgicos está asociada a cambios en la dieta en estas décadas. Las alergias son tan comunes que se dice que uno de cada dos japoneses padece algún tipo de enfermedad alérgica, y los resultados de nuestro estudio muestran que las fibras dietéticas son una forma eficaz de tratarlas», señala la profesora Chiharu Nishiyama, de la Universidad de Ciencias de Tokio.

Satisfecho con los resultados, el profesor Nishiyama concluye señalando la importancia de comer bien. «Es importante demostrar con evidencia científica cómo las condiciones dietéticas afectan la salud. Esta investigación ha revelado parte de los complejos mecanismos reguladores que involucran varios componentes relacionados con los alimentos, incluida la fibra dietética, los AGCC, los ácidos grasos poliinsaturados y las vitaminas», afirma.

En particular, la profesora Nishiyama y sus colegas ahora tienen la intención de investigar la relación entre el entorno de la mucosa y la inmunorregulación centrándose en AGCC específicos, lo que pronto podría conducir al descubrimiento de los beneficios para la salud de varios alimentos.

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